
Redacción
El caso del ex secretario de
Seguridad en el sexenio de Felipe Calderón, Genaro García Luna, sigue
destapando la red de corrupción que reinó en su gestión. El gobierno de Estados
Unidos reveló que Ramón Pequeño García y Luis Cárdenas Palomino, segundos al
mando del ex funcionario, fueron acusados de corrupción y aceptar sobornos
millonarios de “El Chapo”.
Cárdenas Palomino y Pequeño
García están acusados, cada uno, de tres cargos de conspiración para traficar
cocaína. “A cambio de sobornos multimillonarios, los acusados supuestamente
permitieron al Cártel de Sinaloa operar con impunidad en México”, detalla el
comunicado. Ninguno de los dos está detenido.
García Luna fue detenido en
diciembre de 2019 en Dallas, Texas, y permanece, a la espera de juicio, en una
cárcel federal en Brooklyn, Nueva York, acusado de tres cargos de asociación
delictiva para el tráfico de cocaína y de falso testimonio. El miércoles,
señaló ProPublica, fiscales anunciaron que sería acusado bajo el Estatuto
Kingpin, que permite sancionar a personas que forman parte de organizaciones
criminales a las que se supone debían combatir.
“Durante casi dos décadas, García
Luna traicionó a quienes juró proteger al aceptar sobornos de miembros del
cártel de Sinaloa para facilitar sus crímenes y empoderar a su empresa
criminal”, señaló Seth D. DuCharme, fiscal en funciones para el Distrito Este
de Nueva York, al anunciar la acusación, con la cual aseguró, tanto el
exsecretario de Seguridad como sus “coconspiradores enfrentarán a la justicia
por delitos que implican la importación y distribución de cantidades masivas de
drogas peligrosas a Estados Unidos”.
La acusación indica que, “entre
2001 y 2012, mientras ocupaba posiciones de procuración de justicia de alto
rango en el gobierno mexicano, García Luna recibió millones de dólares en
sobornos del Cártel de Sinaloa a cambio de proteger sus actividades de
narcotráfico”.
En cuanto a Cárdenas Palomino y
Pequeño García, refiere que eran también funcionarios de procuración de
justicia de alto rango que trabajaban con García Luna y que “cada uno recibió
millones de dólares en sobornos del Cártel de Sinaloa; a cambio de los
sobornos, entre enero de 2001 y el presente, los acusados abusaron de sus
posiciones públicas al permitir que el Cártel de Sinaloa obtuviera pasaje seguro
para sus envíos de droga”.
También los acusa de proporcionar
información judicial delicada sobre investigaciones relacionadas con el cártel,
así como información sobre cárteles rivales, “facilitando la importación de
múltiples toneladas de cocaína y otras drogas a Estados Unidos”.
De ser hallados culpables, García
Luna enfrenta, por el cargo de estar implicado en una empresa criminal
constante, una sentencia mínima de 20 años de prisión y máxima de cadena
perpetua. Cárdenas Palomino y Pequeño García enfrentan, cada uno, por el cargo
de conspiración para traficar cocaína, una sentencia mínima de 10 años de
prisión y máxima de cadena perpetua.
Con información de El Blog del
Narco