Después de haber sido derrotados en las elecciones del domingo y tener un nuevo debacle electoral, la guerra de acusaciones, reclamos y reproches en el PRI se desató al interior del partido.

Todo inició cuando el ex secretario de gobernación de Enrique Peña Nieto, Miguel Ángel Osorio Chong, declaró que el PRI debe cambiar de rumbo y revisar el proyecto de la coalición Va X México.

Ante esto, el coordinador de la bancada tricolor en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira, manifestó su rechazó a “las críticas que vienen desde los que únicamente trabajan en el Seccional de Polanco”.

Moreira, quien también es esposo de Carolina Viggiano, excandidata priísta a Hidalgo, reconoció que al PRI “le está afectando el neoliberalismo, que tuvo la mayor derrota en 2018 y que nos llevó al 8 por ciento” de la votación.

No obstante el legislador del PRI se puso del lado de Alejandro “Alito” Moreno, dirigente del partido. Y con esto rechazó las quejas en el interior de su partido contra la actual dirigencia. Cabe recordar que “Alito” se ha visto en el ojo del huracan por audios filtrados en los que entre otras cosas revela un supuesto lavado de dinero y llama a “matar de hambre” a los periodistas.

“Rechazo las críticas de quienes creen que la política es un juego de las elecciones, que es juego de dados y que siempre es un juego limpio y un juego nuevo”, remarcó.

Por otro lado, Moreira recordó que ahora su partido es de “centro-izquierda“, pero cargan con el pasado de ser un partido neoliberal.

“El PRI tiene que reflexionar en ya dejar atrás el lastre que fue el neoliberalismo y pensar que somos un partido de centro-izquierda porque cuando culpan a una dirigencia de resultados, se les olvida el pasado y se les olvida que desde el pasado vienen cuestionamientos, vienen preguntas y vienen circunstancias”

Sobre esta nueva corriente política del partido tricolor, Moreira desestimó las criticas del Presidente Andrés Manuel López Obrador al neoliberalismo. Pues aseguró que el mandatario federal “no es de izquierda”.

El PRI, junto con toda la coalición Va X México, fue uno de los grandes perdedores de las pasadas elecciones. Esto debido a que de las 6 gubernaturas en disputa dos le pertenecían, y después del pasado domingo, son de Morena. Una de ellas, Hidalgo, nunca había sido gobernada por un partido que no fuera el tricolor. Por su parte, Oaxaca también se pintó de color guinda.

Con Información de Polemón.