
El único plan de rescate que podría salvar a García Luna de no pasar el resto de sus días tras las rejas sería un
“juguete tecnológico” que él mismo supervisó durante años llamado Plataforma México, dispositivo que sirvió para espiar tanto a narcotraficantes, funcionarios y ciudadanos, se gastaron más de 2 mil 773 millones de pesos de dinero público entre 2008 y 2013.
Hoy, cuando el exsecretario de Seguridad Pública se encuentra preso en una cárcel de Brooklyn, Nueva York, por acusaciones relacionadas con narcotráfico, la información obtenida a través de ese aparato le puede servir para conseguir la reducción de condena si se apega al programa de testigos protegidos y logra una negociación.
Ese es el gasto en empresas de tecnología y telecomunicaciones para montar el aparato de la Plataforma México, el sofisticado sistema de inteligencia en línea en el que Genaro García Luna y Felipe Calderón Hinojosa se propusieron conjuntar información de las policías de los estados y municipios, así como de las fuerzas armadas, mientras se desplegaba en México la llamada guerra en contra del narcotráfico.
Se trata sólo de la inversión en tecnología pues el proyecto completo de la Plataforma México costó mucho más: 3 mil 365 millones 45 mil 486 pesos, entre la edificación, el mobiliario de oficina, así como las visitas de personajes y periodistas que eran organizadas mediante agencias de viajes. Todo ello benefició a 29 empresas y tres universidades (ver, más abajo, lista de empresas beneficiadas), de acuerdo con una localización de contratos realizada por SinEmbargo.
Entraña de la política de seguridad y base de la guerra en contra del narcotráfico, la Plataforma México fue creada por disposición del Consejo Nacional de Seguridad Pública. Su planificación fue tan grande que implicó la modificación del reglamento interior de la Secretaría de Seguridad Pública. En lo físico también implicó un edificio inteligente de por lo menos tres pisos. De modo que Genaro García Luna dispuso de un predio de Avenida Constituyentes, colonia Belén de las Flores en la Delegación Álvaro Obregón de la Ciudad de México, que abarcó casi una cuadra.
Al mando del juguete cibernético, García Luna logró acumular información de inteligencia que al final, sólo quedó en sus manos. En los hechos, las bases de datos jamás fueron compartidas con los gobiernos estatales y tampoco con las fuerzas armadas. Poco a poco, la Plataforma México dejó de ser alimentada. Los Informes Policiales Homologados, reportes clave que debían suministrarla, se aminoraron cada vez más, consta en respuestas a solicitudes de información a través del Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI). En 2012, llegaron 104 mil y en 2015, 34 mil, una caída de 64 por ciento en dos años.
Luego, la fuga de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, el 11 de julio de 2015, del penal de máxima seguridad de El Altiplano, mediante un túnel que él mismo construyó, demostró el desperdicio de la Plataforma México. El instrumento de inteligencia de García Luna, heredado por el Gobierno de Enrique Peña Nieto, no fue capaz de detectar que el narcotraficante dedicaba sus días en la ingeniería de un túnel que lo pondría fuera de la prisión.
Poco a poco, el Gobierno peñanietista dejó de invertir en la Plataforma México hasta que de buenas a primeras, su funcionamiento llegó a niveles mínimos.
Con información de Sin Embargo.