En la opinión de Elí González
@calacuayoMX
La oposición siempre auguró el fracaso en la relación bilateral entre México y EEUU, con la llegada de AMLO a la presidencia de México.
Todos los cambios en la forma de gobernar de AMLO para ellos significa un escándalo. Pero ese escándalo no pasa más allá de sus pobres deseos incumplidos; así imaginaron una confrontación con los Estados Unidos dé America que nunca se dió.
El deseo ferviente de la oposición, es que el país caiga en la peor de las crisis, para que al menos una de sus predicciones se cumplan, pero con mucha pena vemos que solo se auto destruyen.
No comprenden, no entienden como es que un gobierno pueda hacer frente a las crisis sin endeudamiento, sin pedir favores que después tendría que regresar a los grandes consorcios que todo lo monopolizan.
Respecto a la confrontación entre los países, Los comentócratas de la oposición ya veían casi una guerra por las totalmente encontradas visiones que según ellos, tienen los dos lideres de estos países
Al no comprender todavía, quién es el que los aplastó en diciembre de 2018, les fue fácil imaginar un quiebre entre las naciones.
Pensaron que si Andres Manuel López Obrador y Donald Trump, son personajes diametralmente opuestos. La relación terminaría en una guerra comercial y diplomática.
Pero no contemplaron que esa forma tan distinta, no demerita su inteligencia y la coincidencia en defender con uñas y dientes a sus países, sin sentir como obligación cubrirles las espaldas a sus antecesores.
La oposición sigue con su argumento del comunismo, del socialismo y el contra capitalismo de AMLO. Y mientras sigan en su ceguera e incomprensión de esta nueva realidad, no entenderán ni podrán frenar el poderío del presidente de la República.
El tratado de libre comercio entre EEUU, Canadá y México, debió despertarlos, debieron darse cuenta que no es un presidente socialista y tampoco comunista.
AMLO es un presidente diferente. El mismo dijo: “No soy ortodoxo, soy heterodoxo”.
Es decir: Que no está de acuerdo con los principios de una doctrina, no sigue las normas o prácticas de los políticos tradicionales.
Es un presidente diferente, rebelde con las doctrinas convencionales que no han funcionado para todos. Esa rebeldía es la que ama la sociedad. Esa sociedad que los ortodoxos olvidaron por concentrarse en esas minorías rapaces.
Cuando entiendan esa heterodoxia, dejarán de sufrir y copiarán esa forma única de conquistar una nación. Entonces dejarán de ser el obstáculo de un gobierno y tal vez, solo tal vez, serán una alternativa política en México.
¿Que era lo que suponían era lo que se contrapondrían a estos dos personajes políticos?
Donald Trump es un empresario agresivo, políticamente incorrecto, acostumbrado a negociar acorralando a sus adversarios, clientes y proveedores. Hombre con enormes fortalezas basadas en el miedo que le genera a sus contrincantes.
AMLO, un hombre humilde, férreo luchador social en pro de los más desfavorecidos, con una costumbre lingüística poco convencional, políticamente incorrecto y enemigo declarado de la corrupción.
Contra toda lógica, un defensor de los pobres y un anticomunista, lograron la mejor relación bilateral de las últimas décadas.
AMLO le agradece Trump el apoyo, por el petróleo, por los ventiladores y por el respeto a la soberanía de nuestra nación.
Y así se expresaba del presidente Trump: “Reafirmamos el compromiso de trabajar siempre juntos y, en especial, ahora que atravesamos por tiempos difíciles”
Trump, apenas en abril pasado dijo:
“Agradezco a quien se ha vuelto mi amigo, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien mostró gran flexibilidad y tremenda inteligencia en la negociación”
Se refería al acuerdo para reducir la producción de petróleo en la reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP)
La lógica en estos casos es aplastada por la realidad de estos dos personajes que para la política tradicional, son incorrectos.
A los políticos tradicionales, les resulta incomprensibles sus acciones, su manejo de la agenda y sus sorpresivos arranques que terminan en sumarles más adeptos.
Por eso es que para los políticos ordinarios, les resulta totalmente impredecibles, incomprensibles y desesperantes de tal forma que logran aturdir y doblar a sus adversarios con sus simples y a veces inocentes declaraciones.
Si algún día entienden esta realidad política, la oposición podrá ser una real oposición con ideas copiadas, pero innovadas. Mientras no lo entiendan, continuarán haciendo el ridículo acostumbrado diario.