Redacción
Dentro de los síntomas por Covid-19 que se conocen están la tos, fiebre y dificultad para respirar; sin embargo desde mediados de marzo, los médicos (especialmente los neurólogos) han observado que una gran parte de los infectados por coronavirus mostraba una pérdida súbita y total del olfato (“anosmia” en el idioma médico) o una pérdida parcial (hiposmia).
El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) incluyó este síntoma como sospecha de COVID-19 a principios de abril y la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo lo mismo semanas después.
Ahora sabemos que este síntoma es uno de los más indicativos para sospechar la enfermedad provocada por el coronavirus, como ya avisó la Sociedad Española de Neurología durante las semanas del pico de la epidemia en España y otras instituciones médicas en diversos países.
Hace unos días, una Inteligencia Artificial (IA) desarrollada y evaluada por científicos del King’s College de Londres, el Hospital General de Massachusetts y la empresa de datos científicos de salud ZOE apuntaba a que la anosmia era el factor más esclarecedor para averiguar si un paciente estaba afectado de COVID-19, con más certeza que cualquier otro síntoma (incluso la fiebre).
Los resultados iniciales del estudio de seroprevalencia en España (anunciados el pasado miércoles 13 de mayo) respaldan este hallazgo. El 43 por ciento de las personas que habían declarado experimentar pérdida de olfato dieron positivo en la prueba de anticuerpos.
Alrededor de un 50 por ciento de los pacientes afectados por el coronavirus con alteraciones del olfato no presentan alteraciones del gusto. Sin embargo, en un 24 por ciento de ellos, la anosmia no sólo interfiere con la percepción de los olores, sino que afecta también al gusto, ya que el olfato influye mucho en este sentido. Los individuos que manifiestan este síntoma explican que la comida no les sabe nada o sólo detectan ciertos sabores o sensaciones débilmente.
En cualquier caso, es conveniente recordar que la anosmia no es un síntoma específico de la COVID-19. Ocurre de vez en cuando con infecciones virales respiratorias como gripes y resfriados (en los que también hay otros coronavirus implicados). Alrededor del 40 por ciento de los casos de pérdida de olfato se producen tras una infección viral.
Con información de Sin Embargo