Las ballenas en cautividad en el lejano Oriente ruso serán liberadas. Rusia ha firmado este lunes un acuerdo con un grupo de científicos internacionales, entre los que está Jean-Michel Cousteau, hijo del oceanógrafo francés Jacques Cousteau, para liberar a las casi cien ballenas retenidas durante meses en pequeñas piscinas en el mar de Ojotsk, al este de Rusia y ya en el Pacífico. Las empresas que las habían capturado planeaban venderlas a parques marinos o acuarios de China, pese a que la ley lo prohíbe. Un escándalo que ha desatado la crítica de organizaciones internacionales y ha forzado al Kremlin a reaccionar finalmente.
La decisión de las autoridades ha coincidido con la visita de Cousteau, junto a su equipo de la Ocean Future Society, y de Charles Vinick, director ejecutivo del Proyecto del Santuario de Ballenas, a la desgraciadamente ya famosa prisión de ballenas. Y parece que la visita de estos expertos, invitados por las autoridades rusas, ha dado el impulso definitivo para la firma de la liberación. Hace unas semanas, ante la condena internacional y casi medio año de denuncias, el presidente ruso, Vladímir Putin, había ordenado que fuesen devueltas al mar y una investigación sobre las empresas captoras.
Las ballenas, que pueden venderse por millones de dólares dependiendo de la especie —cada ejemplar se vende por un millón de dólares, aunque los acuarios chinos explican en sus webs que el precio de una orca comprada en Rusia puede ser de unos 6,5 millones de dólares (5,77 millones de euros)—, fueron capturadas en la isla de Sajalín entre el pasado verano y otoño por cuatro compañías vinculadas a una sola persona. Algunas de estas empresas, con antecedentes y multas por comercio ilegal de animales.
Las autoridades estatales, las regionales de Primorski —donde están cautivas— y el grupo de científicos han firmado un protocolo de liberación, que será gradual. El plan incluye la creación de una instalación especial de rehabilitación para estos mamíferos, que se asemeje a su entorno natural. “Los científicos del equipo de Cousteau y los científicos rusos decidirán cuándo y qué animales liberar”, afirmó el gobernador de la región de Primorski, Oleg Kozhemyako, a los medios tras la firma del programa.
La operación es inmensa. Y millonaria: puede costar unos 300 millones de rublos (unos 4,1 millones de euros), según los expertos del Instituto oceanográfico Vniro de Rusia. Eso incluye los costes del traslado individual de los animales en unos contenedores a medida y el trabajo de un grupo de especialistas que ayudarán a las orcas y ballenas a adaptarse a la vida en la libertad.
El viernes, el ministro de Recursos Naturales de Rusia, Dmitri Kobylkin, aseguró que es una operación sin precedentes. “Nunca antes ha habido una situación así en el mundo”, aseguró Kobylkin, que resaltó que no se había tomado la decisión antes debido al frío del invierno, que podría dificultar el proceso. En las últimas dos décadas, las ballenas capturadas han sido liberadas en pequeños grupos o individualmente. Se prevé que las ballenas presas en el lejano oriente ruso no sean liberadas todas a la vez, pero sí, en grupos grandes. Y serán llevadas al lugar donde fueron capturadas.
“Así quizá puedan encontrarse con su familia o con su grupo”, apuntó Cousteau. "Cada animal es un individuo y debe ser tratado como un individuo", dijo el experto Vinick. "¡Al igual que nosotros!", agregó el oceanógrafo francés. Ambos especialistas trabajarán juntos.