Con la llegada de las caravanas migrantes a nuestro país, la atención está enfocada a ellos, pero existe otra cara de la moneda que son los desplazados indígenas que tampoco tienen casa ni comida.
Se trata de personas pertenecientes a las etnias de los tzeltales y tzolziles de los poblados de Ocosingo, Shulvó y Ejido Puebla, en el fronterizo estado de Chiapas, quienes fueron expulsados de sus comunidades por otros de su misma sangre debido a la intolerancia, ya sea política, religiosa o social desde 2009.
Poco a poco sumaron a casi 400 indígenas desplazados que organizaron una marcha desde San Cristóbal, camino a Tuxtla Gutiérrez, donde pretenden llegar en caravana.
Los integrantes de la Caravana Pues Cansados ha caminado bajo neblina y lluvia, incluso han instalado casas de campaña de plástico para pasar la noche y continuar con su peregrinar.
LaCaravana Pies Cansados busca poner el foco en su problema tal y como lo han hecho los migrantes en últimos tiempos: niños y mujeres por delante.
Los indígenas denunciaron que no tienen donde vivir, ni dónde sembrar. Ni siquiera dónde elegir a las autoridades; el gobierno estatal, por su parte, ha preferido subsidiarlos con algunos apoyos que se suspenden y se reactivan intermitentemente.
Por su parte, el director de Centro de Derechos Humanos Ku’untick, Diego Cárdenas, informó que el único ofrecimiento que han recibido por parte del gobierno de Manuel Velasco es que regresen a San Cristóbal, pero no hay ningún compromiso para establecer las condiciones para un retorno digno a sus comunidades y seguro para las familias que han sido desplazadas por grupos armados y conflictos de tierras y políticos.
Con información de El Universal y La Opinión
Foto: Especial