Redacción
La BBC dio a conocer la historia
de Jeni Haynes, una mujer que fue abusada por su padre, cuando era niña, y que
desarrolló 2,500 personalidades para sobrellevar el dolor. En 1974, con 4 años
de edad, Jeni se mudó a Australia, y aunque su papá, Richard Haynes, ya abusaba
de ella, fue en Sídney donde comenzaron las violaciones sádicas, todos los
días.
"El abuso de mi padre fue
planeado, calculado y deliberado. Disfrutó de cada minuto", le dijo Jeni a
la corte en una impactante declaración. "Me escuchó rogarle que se
detuviera, me escuchó llorar, vio el dolor y el terror que me estaba
infligiendo, vio la sangre y el daño físico que me estaba causando. Y al día
siguiente decidía hacerlo todo de nuevo", añadió.
Los abusos continuaron hasta que
Haynes cumplió 11 años, cuando se mudó con su familia a Reino Unido. En 1984,
los padres de Jeni se divorciaron, sin embargo, ella cree que hasta ese punto
su madre no estaba enterada de lo que le ocurría.
De acuerdo con la doctora, Pam
Stavropoulos en sus declaraciones para BBC, Jeni, quien actualmente tiene 49
años, desarrolló sus múltiples personalidades como estrategia de supervivencia.
Los especialistas se dirigen a la condición de Haynes como un trastorno de
identidad disociativo, y este está relacionado con las experiencias de abuso.
"Este trastorno sirve como
una estrategia de afrontamiento muy sofisticada que es ampliamente considerada
como extrema. Pero hay que recordar que es la respuesta al abuso y al trauma
extremo que ha sufrido el niño", agregó Stavropoulos.
La primera personalidad que Jeni
desarrolló fue la de Symphony, una niña de cuatro años, que según ella, aún
existe en su propia realidad.
"Ella sufría cada minuto del
abuso de papá y cuando él abusó de mí, su hija Jeni, en realidad estaba
abusando de Symphony".
En un juicio celebrado en marzo
2019 a Jeni se tuvo que enfrentar a su padre, años después, además se le
permitió testificar en la corte como Symphony y otras cinco personalidades,
cada una sufrió diferentes aspectos del abuso.
A sus 74 años, el acusado fue
sentenciado a 45 años de cárcel por 367 cargos, entre ellos múltiples cargos de
violación, sexo anal, asalto indecente y relaciones sexuales con una niña menor
de 10 años.
A consecuencia de los abusos,
Jeni tiene lesiones permanentes en la vista, mandíbula, intestino, ano y coxis.
Estos han requerido cirugías extensas, incluida una operación de colostomía en
2011. Por su parte, su madre al enterarse de los atroces episodios que vivió,
la ha ayudado a buscar justicia.
Con información de BBC.