Le cargaron tanto la mano al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) que lo dejaron en terapia intensiva y con una herencia de administraciones pasadas es una carga y obstáculo para las tareas de aumentar la capacidad y la calidad de la atención médica.
Los abusos que se cometieron están a la vista, con contratos de prestación de servicios que al año cuestan 5 mil 900 millones de pesos, más de la mitad de lo que se destina para comprar fármacos, afirmó el director del instituto, Luis Antonio Ramírez Pineda.
El funcionario dijo que por dar preferencia a los denominados servicios médicos integrales –arrendamiento de insumos y equipos con empresas privadas–, el Issste dejó de invertir en equipamiento básico, como anestesia para cirugías, la cual es prácticamente inexistente en los hospitales. Esto significa que los nosocomios dependen de los proveedores privados para hacer más de 270 mil operaciones al año; lo mismo ocurre con estudios como la endoscopía, para detectar padecimientos gastrointestinales.
En entrevista, Ramírez Pineda adelantó que para terminar con las fugas económicas en la subrogación de servicios, la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) realiza una revisión porque también se paga por insumos que no se utilizan, y otros que se requieren no están.