Por Gurú Político:

En plena campaña por la reelección en los Estados Unidos, comienza a circular una versión muy particular, principalmente en medios digitales, sobre el caso García Luna, en el sentido de que Donald Trump estaría orientando la investigación para llevar ante la justicia norteamericana no solo a Felipe Calderón sino a también a Carlos Salinas de Gortari. 

Pero ¿Por qué querría Trump a Salinas de Gortari en la cárcel? 

1. En primer lugar, porque sería un golpe mediático de gran alcance que desviaría la atención de la opinión pública en los Estados Unidos, en el punto más álgido de la discusión sobre el posible desafuero al presidente norteamericano. Principalmente ahora que el Senado de aquel país abrió formalmente el juicio contra el mandatario con nuevas acusaciones sobre ilegalidades, con información sustraída de sus propias oficinas. La Oficina de Control del Gobierno, una agencia independiente pero adscrita a la Casa blanca, presentó un informe donde califica de ilegal el congelamiento de cuentas a Ucrania.

2. En ese sentido, parece que la jugada de llamar a la justicia norteamericana a Salinas de Gortari, podría fortalecer la imagen del partido republicano, en una discusión que pondría los reflectores en un personaje que despierta atención y emociones de los dos lados de la frontera.

3. Otro punto que se debe valorar seriamente es la agenda bilateral con el gobierno de López Obrador. Detener a Salinas sería un gran golpe y un “gran favor” para el presidente de México, quien a construido sobre la imagen de Salinas de Gortari su discurso ético y político. De esta forma, Trump tendría una moneda más de cambio en la relación con México y en su lucha contra la migración.

4. Cuarta y última, y tal vez la más importante, porque cuando Salinas de Gortari aún era presidente de México maltrató y humilló a Donald Trump en una cena de gala en Washington. Salinas le habría dicho “junior parásito” frente a empresarios, hombres de negocios, personalidades y políticos estadounidenses. Un político como Trump, que rige sus acciones políticas a partir de sus emociones y sentimientos personales, difícilmente podrá olvidar un pasaje como aquel.