En plena tragedia por las lluvias e inundaciones que han afectado a miles de familias en distintos estados del país, el dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, volvió a mostrar su oportunismo político. En redes sociales, el priista difundió un video en el que aparentaba estar en un centro de acopio “organizando la ayuda”, pero usuarios descubrieron que en realidad se trataba de una simulación hecha con pantalla verde.

Las imágenes fueron rápidamente desmontadas: el supuesto fondo de cajas, víveres y voluntarios no existía. Todo fue una puesta en escena grabada en estudio, con recursos digitales para aparentar que el PRI estaba colaborando con la ayuda humanitaria.

La indignación creció en redes sociales, donde miles de personas denunciaron que el dirigente priista no solo fingía solidaridad, sino que además pretendía sacar raja política del dolor ajeno. El episodio se volvió símbolo del doble discurso del PRI: mientras el pueblo enfrenta desastres naturales, su dirigencia se dedica a fabricar propaganda falsa.

La farsa de Alito Moreno se suma a una larga lista de engaños y escándalos de corrupción que han marcado su carrera. En Campeche, su gestión dejó un desastre financiero; y ahora, como líder nacional del PRI, su partido se hunde entre simulaciones, alianzas fallidas y mentiras mediáticas.

La ciudadanía no perdonó el montaje. En redes, las críticas coincidieron en una frase que lo resume todo: “Ni para ayudar pueden decir la verdad”.

Mientras tanto, el gobierno federal y las autoridades de la Cuarta Transformación continúan desplegando brigadas, maquinaria y recursos reales —no de pantalla— para atender a las familias afectadas y reconstruir comunidades enteras.