El día de ayer fue de contrastes en el país, en una jornada marcada por las manifestaciones para denunciar y exigir justicia por la muerte del joven albañil Giovanni, a manos de policías municipales en Jalisco; Guadalajara y la Ciudad de México fueron escenarios de un mismo evento, pero con intenciones, resultados y efectos muy diferentes.
Lo que pasó ayer en las calles de la capital tapatía es inaudito e inaceptable y deberá tener graves consecuencias para el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro y para su gabinete de seguridad. Según los reportes de algunos medios de comunicación y testimonios en redes sociales, decenas de jóvenes, en su mayoría estudiantes, habrían sido “levantados” por elementos de la fiscalía del estado de Jalisco, golpeados y despojados de sus pertenencias. Muchos de ellos fueron abandonados en lugares lejanos, de otros aún se desconoce el paradero.
Enrique Alfaro, fiel a su estilo, se limitó a enviar un mensaje en sus redes sociales culpando a otros de estos gravísimos hechos, sin embargo, esos otros, en esta ocasión, son sus subordinados, los que reciben sus ordenes. Nadie en su sano juicio podrá creer que el fiscal y los encargados de la seguridad del estado actuaron solos y desobedeciendo a su jefe. Sin embargo, Alfaro escribió en sus cuentas de Facebook y Twitter que él había dado la instrucción de actuar con sensatez y prudencia, pero un grupo de personas de la Fiscalía del Estado de Jalisco había desacató sus instrucciones y actuó de una manera irresponsable y brutal. “Con esas acciones se violentó mi instrucción de no cometer excesos y actuar siempre respetando los derechos humanos. Es verdaderamente frustrante que, después de todo lo que hemos aguantado para defender Jalisco, por la irresponsabilidad de alguien tengamos que salir a corregir sus errores. Los presuntos responsables de las actuaciones afuera de la fiscalía están bajo custodia y como ya lo dijimos tendrán que responder ante la justicia. Caiga quien caiga” concluyó el gobernador de Jalisco. Lo desmesura de los hechos y la infantil respuesta del gobernador, nos arrojan como conclusión que, en Jalisco, el día de ayer, el gobierno utilizó su fuerza e inteligencia, no para detener delincuentes o miembros del crimen organizado sino para golpear y desaparecer jóvenes estudiantes.
No se tolera ni se tolerará el abuso policial pic.twitter.com/h2BfhJdBkn
— Claudia Sheinbaum (@Claudiashein) June 6, 2020
Mientras esto pasa en Jalisco, en la Ciudad de México, la jefa de gobierno; Claudia Sheinbaum, en una clara muestra de empatía y sensibilidad política, envió, mediante un video, un mensaje para aclarar los hechos en los que habrían participado policías de la capital, agrediendo una joven, durante las manifestaciones que se llevaron a cabo frente a la embajada de los Estados Unidos y la sede de Casa Jalisco.
La jefa de gobierno expreso que “aun y cuando se cometieron actos de alteración al orden que deben ser sancionados, di la instrucción clara y precisa de evitar una provocación, sin embargo, no se obedecieron las ordenes a cabalidad y se cometió abuso policial al menos contra una adolescente y para mi gobierno esto es inaceptable, por lo mismo, estoy solicitando a la fiscalía general de justicia y la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México para que abra una investigación, se identifique y se castigue a los responsables, así como a su línea de mando, sin importar el cargo de los implicados. Quiero decir también, que estoy en contacto con la familia de la joven agredida para darle absolutamente todo el apoyo que requiere.
De esta forma queda clara la forma de gobernar y la visión de estado que se tiene en la Ciudad de México y en Jalisco. Alfaro, el gobernador bravucón pero inoperante contra la delincuencia cometió, ayer, su error más grave. Privar de su libertad, desaparecer y atentar contra estudiantes, desde el estado, es algo que no se puede dejar pasar.