Redacción
Denunciar corruptelas del ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, en el sexenio de Felipe Calderón era sinónimo de cárcel o ser denostado, sin importar si era de la Policía Federal o de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Así fue el caso del General de División, ahora retirado, Tomás Ángeles Dauahare, el militar de más alto rango en el país que fue acusado de lo que él mismo denunciara sobre el exsecretario que ahora se encuentra detenido en Nueva York: protección a narcotraficantes.
En mayo de 2012, junto a otros tres generales, fue víctima de un juicio emprendido por la administración de Calderón, y justo después de concluido su sexenio, la Fiscalía terminó reconociendo que no contaba con pruebas contra el general, por lo que un juez federal ordenó el sobreseimiento de la causa.
Ahora, el gobierno actual, a través del titular de la Sedena, Luis Cresencio Sandoval, ha reivindicado la imagen del militar que se convirtió en preso político, durante una conferencia de prensa matutina junto al presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Es una persona que no podemos olvidar todo lo que hizo en su carrera; todo lo que él dio a nuestra institución, no lo podemos hacer a un lado”, expresó.
alderón, “por conducto del secretario de la Defensa me convocó a platicar con él, el 9 de mayo de 2007 (…) Él me preguntó, yo contestaba. Una de sus preguntas que creo que le interesaba más era sobre García Luna”, relató.
“Le dije: ‘señor presidente, le voy a decir mi verdad, no lo voy a engañar a usted’”, cuenta el militar, quien también entregó posteriormente su versión por escrito, en la que denunciaba la vinculación del entonces secretario de Seguridad Pública con el crimen organizado.
A decir de Ángeles Dauahare, a pesar de las advertencias y señalamientos, “siguieron la estrategia de trabajar de la mano con el cártel que consideraron mas fuerte, el del Pacífico (también conocido como el de Sinaloa), con la idea tontísima de acabar pronto, uniendo fuerzas —las del crimen organizado del Pacífico, con el Gobierno Federal— para acabar con los demás cárteles. Lo único que hicieron fue fragmentar esto, desorganizarlo y llegar a la situacion que estamos viviendo”.
“Le pegaron al avispero, las avispas se dispersaron por todo el territorio nacional y ahorita lo estamos pagando”, expresó.
Aunque el general llevó a cabo su retiro mientras Calderón seguía en el poder, detalla que “ya estaba en la mira”, por haber opinado siempre de acuerdo a sus convicciones. “Yo sabía que no gustaba, pero no decía ninguna mentira”, subrayó.
La gota que derramó el vaso fue su participación en un evento académico, en mayo de 2012, organizado por la Fundación Colosio en San Luis Potosí, donde se buscaba identificar acciones contra el narcotráfico y el general retirado volvió a exponer sus críticas y cuestionamientos sobre el proceder del gobierno calderonista.
“Me enteré que eso fue utilizado para decirle al presidente que yo era un peligro para ellos y pues se le planteó lo de mi encarcelamiento, lo aceptó —es lo que sé— y así es como fui a dar a la cárcel”, manifestó.
A la pregunta expresa de Marmolejo sobre quién habría planeado dicha represalia, Ángeles respondió que “García Luna, seguro” y probablemente Guillermo Galván Galván, titular de la Sedena en aquel entonces.
En cuanto a la situación actual del exfuncionario en EE.UU., el militar retirado declaró: “Me alegra mucho que lo hayan detenido, porque lo que hizo Genaro García Luna es inaceptable, es inadmisible; la felonía, la infamia, la perversidad de este tipo rebasa los límites de lo creíble”.
Con información de Revolución3.0