La conductora Rocío Sánchez Azuara reveló en una reciente entrevista para Ventaneando, que ha sido muy difícil aceptar la muerte de su hija Daniela y compartió la petición que su hija le hizo antes de fallecer por el Lupus.
Me pidió que no llorara, que tratara de no llorar porque pronto nos íbamos a encontrar y que ella iba a estar mejor, que a donde quiera que se fuera iba a estar mucho mejor, y bueno, se fue agradeciéndome…
No es algo que esperáramos (su muerte), sí nos vino como de golpe porque estábamos a punto de dar un paso y de pronto se desplomó todo.”
Además, Sánchez Azuara refrendó que el padre biológico de Daniela, Carlos Lara nunca ha intentado un acercamiento ni antes, ni después de la partida de la hija que compartían.
No, nunca lo buscó y tampoco yo debo de tener ninguna relación con él. La verdad es que, para mí, gracias a él existió mi angelito, que me lo prestaron 31 años, la disfruté muchísimo, y nada más; yo no tengo nada qué decir de él, honestamente. Que Dios lo bendiga
Con información de Tribuna.
Martes, 10 de marzo del 2020
Esta fue la promesa que Sánchez Azuara no pudo cumplirle a su hija
La conductora Rocío Sánchez Azuara reveló en una reciente entrevista para Ventaneando, que ha sido muy difícil aceptar la muerte de su hija Daniela y compartió la petición que su hija le hizo antes de fallecer por el Lupus.
Me pidió que no llorara, que tratara de no llorar porque pronto nos íbamos a encontrar y que ella iba a estar mejor, que a donde quiera que se fuera iba a estar mucho mejor, y bueno, se fue agradeciéndome…
No es algo que esperáramos (su muerte), sí nos vino como de golpe porque estábamos a punto de dar un paso y de pronto se desplomó todo.”
Además, Sánchez Azuara refrendó que el padre biológico de Daniela, Carlos Lara nunca ha intentado un acercamiento ni antes, ni después de la partida de la hija que compartían.
No, nunca lo buscó y tampoco yo debo de tener ninguna relación con él. La verdad es que, para mí, gracias a él existió mi angelito, que me lo prestaron 31 años, la disfruté muchísimo, y nada más; yo no tengo nada qué decir de él, honestamente. Que Dios lo bendiga