Muy a pesar de su esencia profundamente conservadora, la ciudad de Guadalajara se ha convertido, hoy por hoy, en uno de los escenarios más importantes del país, donde las distintas manifestaciones y protestas, a propósito del paro nacional convocado para el próximo 09 de marzo, se han hecho presentes con fuerza.
Ante la falta de atención y resultados del gobierno estatal y de los gobiernos municipales de la zona metropolitana de Guadalajara, todos emanados de las filas del partido Movimiento Ciudadano, las mujeres de Jalisco han decidido tomar las calles e incluso, instalaciones de escuelas privadas, para protestar por la violencia que sufren todos los días y que coloca a este estado como uno de los más riesgosos para ellas.
Las ataduras y prejuicios de la “sociedad tapatía” se han visto rebasados por la profundidad y fuerza de un movimiento que llegó para quedarse y que ha puesto a prueba no sólo al gobierno federal sino también a los gobiernos estatales y municipales, en su mayoría encabezados por hombres.
Hoy, la fuente de la Glorieta Minerva y el monumento a la Madre Patria amanecieron teñidos de rojo y con manifestaciones en contra de los feminicidios y la falta de atención de los gobiernos, sentir que se recrudeció cuando el gobierno de Enrique Alfaro decidió desaparecer el Instituto Jalisciense de las Mujeres, en el inicio de su administración.
Una manifestación que llamó poderosamente la atención fue la que se llevó a cabo en un instituto privado de la capital jalisciense. En el patio central del Colegio Cervantes Costa Rica, de instrucción marista, cientos de jovencitas levantaron la voz para hacer visible su posición respecto a un estado, una sociedad e incluso, un sistema escolar machista que normaliza la violencia contra las mujeres. Al grito de: “No me digas cómo vestirme, mejor enséñale a respetarme” y “Podría ser cualquiera de nosotros”, las estudiantes se manifestaban dentro del plantel.