Redacción
Jóvenes morelenses trabajan a
marchas forzadas en su taller “Changuitos” para atender la demanda de 5
millones de cubrebocas para exportar a China, ante la escasez de esta
mascarilla derivado de la crisis sanitaria que ha dejado el coronavirus en
dicho país asiático.
Susana, Diana, Karina y Eduardo
fueron contactados por el corporativo E-FX para elaborar los cubrebocas para
quienes padecen el COVID-19 y evitar así su propagación. Pero a la vez pensaron
también en los pequeños que no siempre soportan traer el protector, por lo que
crearon algunos con diseños de sus personajes favoritos o una carita feliz,
entre otras figuras como una nariz de puerquito.
Los jóvenes comentaron que, si
bien en un inicio los medios de comunicación locales los tacharon de
“oportunistas”, lo que no sabían es que ellos ya habían revolucionado a esta
industria desde antes de que el coronavirus se convirtiera en una pandemia.
“Nos tacharon de oportunistas, de
que estábamos aprovechando la escasez de cubrebocas por el coronavirus en
varias partes del mundo para inventar estos diseños y vender, pero lo que no
saben es que nosotros ya confeccionábamos estos cubrebocas para que los niños
se los dejen puestos cuando están enfermos”, explicó Eduardo Salas.
En un pequeño local nombrado “Changuitos”,
instalado en un cerro de la colonia Villa Santiago, ubicada entre los límites
de Cuernavaca y Tepoztlán, Susana, Diana, Karina y Eduardo emprendieron su
taller de diseño, en el que brindan oportunidad laboral principalmente a las
madres de familia de su comunidad, que no tienen quién les ayude en el cuidado
de sus pequeños.
En su comunidad vieron la
necesidad de vender los cubrebocas a las madres de familia de las escuelas de
la colonia, pero los niños los rechazaban y se lo quitaban.
“En el momento en que les pusimos
a los cubrebocas las caritas, se hacían más llamativos y los niños hasta los
presumían, porque ya forman parte de su personalidad”, expresó Susan Itzel, de
23 años.
Con información de El Financiero.