“El Chapo” permanece recluido en un total y completo aislamiento en una celda pequeña con una ventana diminuta las 23 horas diarias en el Centro Correccional Metropolitano al sur de Manhattan en Nueva York. Las luces fluorescentes siempre están prendidas, el aire acondicionado está tan frío que hace que sus huesos se entumezcan y tiemble de frío constantemente. Su comida se desliza en una charola delgada que pasa por debajo de una ranura de su puerta que inmediatamente se cierra, sin ver o hablar con quien se la deja. Su única hora restante la pasa solo en una sala de ejercicios que consta de una caminadora y una bicicleta estacionaria.

Los fines de semana, las 48 horas, las pasa completamente solo en su celda. La celda mide aproximadamente 5 x 2 metros, y tiene dos cámaras en la pared filmando las 24 horas, 7 días de la semana.

Además de estar sucio, congelado, sin luz natural, y en un aislamiento tan extremo que se castiga hasta por hablar a través de las paredes, también se observan reglas absurdas como no ver los periódicos a menos que tengan 30 días de antigüedad.

Además, algunos reos son alimentados por la fuerza y los abogados pueden ser castigados por describir las condiciones que sus clientes están experimentando. Es una situación tan extrema que se le perdonaría a los reos y a sus abogados pensar que están en Irán o Rusia sin imaginarse nunca que están en Nueva York.  Esa es la imagen de las condiciones que enfrenta el ex líder del cartel de Sinaloa.

El único ruido que escucha “El Chapo” es el rechinar metálico de las puertas cuando se abren y se cierran. Tiene dificultad para respirar y sufre de dolor de garganta y dolores de cabeza. “Recientemente ha estado experimentando alucinaciones auditivas, quejándose de escuchar música.”  Sus abogados argumentan que se está corriendo el riesgo de que “El Chapo” se esté volviendo loco. Sus abogados dicen que no ha tenido contacto con su esposa, familia o su equipo de abogados defensores de México.  No se le ha permitido una sola llamada telefónica con nadie.

La defensa ni siquiera puede reclamar que las restricciones penitenciarias en las que vive han violado los derechos constitucionales al impedirle hablar con sus abogados mexicanos para planear su defensa, así como su derecho al libre ejercicio de su religión y la libertad de expresión que están siendo violados al no poder hablar con nadie. Sus abogados quisieran de alguna manera mejorar las condiciones en las que se encuentra, pero saben de antemano que esta fuera de las manos del juez Cogan ya que cualquier petición o queja se puede hacer solo con la autoridad del centro correccional.  El centro argumenta que es por su propia seguridad que lo tienen en aislamiento total. Recordemos cómo el senador John McCain comentaba que la peor tortura que sufrió en Vietnam mientras era prisionero de guerra fue cuando estaba en aislamiento total.

El Centro Correccional Metropolitano en donde se encuentra “El Chapo” es una fortaleza ubicada al sur de Manhattan descrita como peor que la prisión en Guantánamo (Cuba) por Ramzi Ahmed Yousef, el autor intelectual de la bomba que explotó en el estacionamiento del World Trade Center en 1993, quien fue acusado de ser terrorista y quien ha estado en ambas prisiones.

Grupos de derechos humanos declaran que, si se quisiera diseñar un lugar para volver loca a la gente de manera intencional, sería difícil hacerlo mejor a como lo hace este Centro Correccional en Manhattan que es famoso por tratar a los humanos como bestias salvajes.  La deshumanización es total.

El 98% de los reclusos se declaran culpable del delito del que se les acusa con tal de salir de este lugar y ser trasladado a una prisión.  Muchos activistas de derechos humanos creen que la única razón del trato inhumano es para que se declaren culpables los acusados y rápidamente sean trasladados a la prisión en lugar de pasar por todo el procedimiento penal.  Ya veremos si “El Chapo” aguanta estar en este centro en un total aislamiento mientras espera ser sentenciado. El 12 de febrero el jurado lo declaró culpable pero el juez Cogan no dictará sentencia antes del 25 de junio.

En la siguiente nota escribiremos por qué los abogados de “El Chapo” argumentan que la entrevista a un miembro del jurado que publicó la revista VICE demuestra claramente que se violó el procedimiento penal dándoles las bases legales para que se le vuelva a juzgar desde el principio.  ¿Serán patadas de ahogado? ¿O podrán los abogados demostrar que si se violaron los derechos a tener un jurado imparcial? ¿O para entonces “El Chapo” de verdad estará loco?