Redacción
El primer paso para etiquetar
con los alimentos y bebidas con los parámetros reales ya se dio, con ello se
busca concientizar a la gente de qué es lo que come o bebe; sin embargo, y pese
a las molestias de los empresarios, en los próximos años será más estricta la
norma.
Las industrias de alimentos
procesados se han resistido a su implementación, a pesar de que este es el
etiquetado “light”. Y es que, en los próximos 3 y 5 años el criterio será más
exigente para estos productos.
De acuerdo a la Norma Oficial
Mexicana NOM-051-SCFI/SSA1-2010, que se publicó el pasado 27 de marzo, se
indica que el cambio de etiquetado de alimentos se hará en tres fases.
La primera fase es la actual
que comenzó el 1 de agosto y que concluirá el 30 de septiembre del 2023. En
esta primera fase el cálculo para determinar si el producto tiene sellos se
realiza con base a los nutrimientos críticos añadidos.
Y es que, se indica que si los
productos tienen azucares añadidas se debe de evaluar azucares y calorías. Si
se agregan grasas, se revisan grasas saturadas, grasas trans y calorías.
Y sí se agrega sodio a los
alimentos procesado, solamente se tendrá que evaluar el sodio al producto. La
segunda fase del etiquetado inicia el 1 de octubre del 2023 y concluye el 30 de
septiembre de 2025.
En esta etapa los lineamientos
para establecer el exceso de nutrimiento críticos son más estrictos, pues los
ajustes serán en casi todas las áreas en que se miden.
Por ejemplo, para que una
bebida no tenga el sello de exceso de caloría, ésta tendrá que tener menos 8
kilocarías, cuando en la actualidad es de 10.
Y finalmente en la fase 3 que
iniciara el 1 de octubre del 2025, la evaluación para determinar si un producto
tiene el sello será considerando los nutrientes añadidos y no añadidos.
Es por eso que las industrias
que no apuesten a la reformulación de sus productos para hacerlos más
saludables, tendrán más sellos de advertencia que los actuales.
Con información de
Regeneración.mx