Redacción
Amigos en el pasado, enemigos en
el presente… La relación Ricardo Anaya y Felipe Calderón, candidato a
presidente y ex presidente de México, respectivamente, está en pie de guerra al
acudir el primero ante la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) para ofrecer
asesoría sobre cómo el ex mandatario habría entregado a Braskem, filial de
Odebrecht en México, y a la empresa mexicana Idesa, un contrato millonario a 35
años, que en sólo tres ha significado pérdidas para Pemex de casi 3 mil
millones de pesos tan sólo en penalizaciones.
El contrato fue firmado por
Calderón en febrero de 2010, mediante su exsecretario particular, Jordy Herrera
Flores, quien entonces era director general de Pemex Gas y Petroquímica Básica,
para abastecer de etano “barato” la planta Etileno XXI y así producir
polietileno.
Poco antes de dejar el cargo, en
noviembre de 2012, emitió un decreto que lo favorecería aún más: aumentó el
precio de importación de polietileno, lo que puso fin a la competencia y le
permitió venderlo “caro”.
Anaya le dijo a Santiago Nieto
que dicha acción había sido “deliberada y perversa”, con la intención de
motivarlo a reactivar la denuncia penal que en junio de 2018 presentaron ante
la PGR el ex consejero electoral Alfredo Figueroa y el abogado Paolo Diez
Gargari.
Cuando se firmó el contrato, la
secretaria de Energía y Presidenta del Consejo de Administración de Pemex era
Georgina Kessel, pero el documento fue validado por Meade, como secretario de
Energía y Presidente del Consejo de Pemex en abril de 2011.
Además como titular de la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público, y junto a Calderón, Meade firmó el
decreto de noviembre de 2012, para aumentar el arancel de importación de
polietileno y beneficiar a Braskem-Idesa.
Anaya aseguró a Nieto Castillo
que Calderón y Meade están directamente involucrados, y agregó que dicho
esquema continuó con Peña Nieto, en cuyo sexenio se concluyó la planta Etileno
XXI, en junio de 2016, y se asignó un contrato con Ienova por casi medio millón
de dólares.
La primera piedra de esta
construcción se puso el 2 de octubre de 2011, y tres semanas después, Calderón
ofreció un banquete en Los Pinos a Marcelo Odebrecht y a miembros del consejo
de la transnacional, como Jordy Herrera.
La denuncia de Etileno XXI sobre
este esquema de corrupción en la que colaboraron distintos funcionarios
públicos y empresarios, perjudicando a Pemex, fue archivada por la PGR y la
FGR, como denunció Figueroa en febrero, y Díez Gargari, el 10 de agosto pasado,
cuando la volvieron a presentar.
El 11 de agosto pasado, el fiscal
Alejandro Gertz Manero dio a conocer que Lozoya no había denunciado únicamente
los sobornos de Odebrecht a Peña Nieto y Luis Videgaray, sino que también
involucró a Felipe Calderón en Etileno XXI, impulsada desde que se desempeñó
como secretario de Energía en el Gobierno de Vicente Fox.
“Hubo una serie de beneficios de
carácter económico a favor de esa empresa que también está vinculada con una
firma mexicana que es socia de Odebrecht y que también se les dieron una serie
de privilegios en los precios de los insumos, por lo que el gobierno federal
tuvo pérdidas muy graves”, señaló Lozoya.
Por ese motivo, la FGR comenzó
investigaciones sobre Etileno XXI y la UIF también buscará probar que hubo
defraudación fiscal por los movimientos financieros hechos por Odebrecht a 18
países, con los más de 5 mil millones de pesos en créditos que le otorgó el
gobierno de Calderón.
Con información de Polemón