Por Patricia González Miranda

@PattyGMiranda

Comenzamos a definir lo que es una “Economía Informal” que es aquella en donde las condiciones laborales de los trabajadores no cuentan con un sustento legal y abarca una serie de actividades productivas donde los trabajadores no cuentan con sus derechos como vacaciones, compensación por tiempo de trabajo, indemnizaciones por despido, primas, etc., mientras que la “Economía Formal” es aquella que se encuentra debidamente regulada y controlada, es decir; sus actividades lucrativas se encuentra regidas por el Estado mediante leyes, normas fiscales y administrativas.

Tanto las personas físicas y morales que cuentan con una empresa debidamente registrada tienen la obligación de pagar a sus empleados las prestaciones de ley y el pago de sus impuestos.

Por citar algunos datos; más de la mitad de las y los trabajadores mexicanos laboran dentro de una economía informal, el 57% para ser más específicos y 6 de 10 personas son jóvenes o adultos entre 25 y 44 años, obteniendo el 22.5% del PIB en cifras del INEGI en 2018. De acuerdo a la ENOE, el 36% de estas personas tienen la secundaria terminada y el 24% tienen educación media superior y superior concluida.

México cuenta con una población total de 125.8 millones de habitantes actualmente, de las cuales, el 94.6 millones tienen más de 15 años de los cuáles solo el 59.8% es denominada como la Población Económicamente Activa (PEA), el restante 40.2% incluye a estudiantes, jubilados, amas de casa, entre otros.

La problemática de la informalidad radica al no contribuir con el pago de impuestos e incumplir con las obligaciones para los trabajadores.

El Gobierno del Presidente López Obrador plantea que se enfocará en propiciar condiciones dignas de trabajo, fomentando la creación de prosperidad de las empresas formales. Para lograrlo propone tres acciones específicas:

• La simplificación de regulaciones, trámites y servicios complejos que tienen altos costos de cumplimiento y que son propensos a la corrupción. Una mejora regulatoria adecuada para disminuir la burocracia.

• Diseñar regímenes fiscales que incentiven la formalidad de las y los pequeños contribuyentes.

• Reducir la carga administrativa asociada al pago de impuestos, aprovechando las nuevas tecnologías, adaptando el marco jurídico y procurando evitar la duplicidad de requerimientos de información.

• Para coadyuvar con el desarrollo empresarial e incrementar la competitividad, se propone impulsar el uso de tecnologías de la información para facilitar la interacción de particulares con el gobierno y reducir los costos de transacción de las empresas. (Forbes 2019).

Sin duda, como lo mencionó el Presidente López Obrador en días pasados, el crecimiento económico es esencial para la generación de empleos en un país y derivado del tema de la Contingencia, se están llevando a cabo estrategias para mitigar y seguir con la creación de nuevos empleos.