Por:Patricia González Miranda
¿Cuántas veces hemos escuchado esta famosa frase?, “la peor enemiga de una mujer es otra mujer” o “mujeres juntas ni difuntas”. Hemos normalizado este tipo de conductas destructivas hacía otro ser humano (una mujer) y escribo ejemplos muy sencillos (mi vecina subió de peso después de su embarazo… ya viste… ¿se divorció?, seguro ella se lo buscó… esa mujer no es inteligente, tuvo suerte… trabaja demasiado, es una mala madre porque abandona a sus hijos…) y podría mencionar miles de ejemplificaciones, pero no es ese el objetivo de este texto. Lo que realmente quiero expresar es que ¡sí!, a veces el machismo comienza desde nosotras mismas, y es que nos educaron con un enfoque tergiversado de la realidad actual que vivimos como sociedad. Tenemos que comenzar a romper ese paradigma.
No somos el sexo débil ni tenemos que dejar el cerebro únicamente en la casa o con los hijos, estamos llenas de dones y conocimientos que podemos utilizar de manera positiva para aportar al mundo. Es de suma importancia reconocer en el otro, la valía como ser humano, pero sobre todo, realizar una retrospectiva de nosotras mismas, empoderarnos y decir “todas somos valiosas”, “todas brillamos”. Vivimos una época de transformación, de libertad de expresión, de información y de libertad en general. Las críticas no son malas cuando se dicen de forma constructiva, el problema radica cuando lo haces para dañar o lacerar a otro (a).
Traigo a colación lo que sucedió con la Gimnasta Alexa Moreno hace un par de años. Recuerdo las frases tan nocivas hacia su persona de hombres, pero la mayoría era de las mismas mujeres, pero… ¿por qué?, cuando debe ser un orgullo como mexicanos y mexicanas el tener una representante portadora de medallas olímpicas, eso nos debería llenar de satisfacción y complacencia, no cualquier persona logra esos triunfos a base de dedicación, entrega, sufrimiento y disciplina y hay que reconocerlos y aplaudirlos porque no cualquiera lo logra.
Definitivamente emitir juicios de valor hacía otras mujeres no nos hará mas felices, al contrario, nos perjudicará.
A lo largo de mi vida, he tenido la oportunidad y la dicha de conocer a grandes damas, mujeres luchadoras, valientes, libres, seguras de ellas mismas, empoderadas y con unas inmensas ganas de transformar a México. Mujeres que aconsejan, aportan y no destruyen. Y con esto, debo mencionar a mi madre, quien siempre me alentó a prepararme y a buscar mi pasión en la vida.
Hay que rodearse de personas que sumen, de mujeres empáticas, solidarias, sonoras, y honestas con valores y principios que motiven a otras, que empoderen, pero, sobre todo, ¡TU MUJER! que lees esto, te invito de todo corazón a que ¡SEAS UNA DE ELLAS!
*He tenido la gran oportunidad junto con el equipo de los “Incorruptibles” el coordinar el 1er. Foro Nacional de Mujeres Incorruptibles y su Participación en la Vida Pública de México y agradezco este enorme reto porque gracias a esto, tuve la oportunidad de conocer a mujeres integras, valiosas y brillantes. Mujeres que día a día aportan un valor agregado a la sociedad. Es un verdadero Honor conocerlas.
Comparto una frase que me encantó de Coco Chanel: “la belleza comienza en el minuto en el que decides ser tu misma”.
“LAS MUJERES MAS FUERTES SON LAS QUE NOS AYUDAMOS UNAS A OTRAS”.