Redacción
Los tiempos de cambio en la dirigencia de Morena deben servir para hacer el partido un pilar en la política mexicana y pensar en prevalecer al menos por un ciclo del país, ya que no llegó para un sexenio, sino para ser la fuerza política de la presente época y periodo de la vida nacional.
El diputado federal, quien aspira a ser presidente nacional de Morena, expone que dentro de esta fuerza política hay tanto un ala de izquierda como de derecha, y militan quienes no se asumen de izquierda porque no son, cuando es lo más honroso que hay.
El proyecto "es la cuarta Constitución, tomando como referentes las de 1857 y 1917. Desde nuestra fundación la idea matriz es una cuarta revolución, pacífica, una cuarta República. Claro, como algunos se asustan, Andrés (Manuel López Obrador) prefirió llamarle Cuarta Transformación, pero es lo mismo".
Reconoce que para lograr las metas encaminadas a una transformación, el partido debe tener una organización de la que carece en la actualidad. "Hasta ahora somos mucho más movimiento que partido, ésa es la verdad. Lo que nosotros pensamos es que es el turno de organizar el partido, definir claramente su plataforma".
Uno de los puntos que debe quedar claro en el modelo morenista, refiere, es la generación de cuadros y la realización constante de debates con distintas visiones, pero con objetivos comunes coincidentes en un modelo de izquierda.
"Un partido que se dice de izquierda tiene que reconocerse como partido de izquierda en sus propuestas y en sus acciones. El gobierno puede tomar algunas y otras no, porque al gobierno le corresponde equilibrar y tiene presiones de todos lados, pero, ¿qué le corresponde a un partido?, empujar ideológicamente con movimiento de bases y debate. Yo les he preguntado a compañeros si son de izquierda y me ven como si los estuviera condenando".
Con información de La Jornada