Una de las empresas emblemáticas en el mercado de lácteos en Jalisco y en la región occidente del país, podría desaparecer debido a la corrupción de una parte de los socios, que han actuado coludidos con el poder judicial y con el gobierno de Enrique Alfaro.
A partir de que los socios minoritarios, encabezados por Abraham González Uyeda, tomaron el control de la empresa (Sello Rojo) mediante una oscura medida tomada por un Juez de manera ilegal, ha comenzado el desmantelamiento de la empresa con huelgas del personal, cierre de centros de distribución y despidos masivos.
La historia que pone en peligro a la empresa que controla el 10% del mercado lechero a nivel nacional, comienza cuando el ex subsecretario de Gobernación durante el gobierno de Felipe Calderón, Abraham González Uyeda, de la mano de su Hermano Masayi, actual presidente del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco, secuestraron ilegalmente la empresa en complicidad con el Juez Juan Pablo González Magaña, quien expulsó a los socios mayoritarios del Consejo de Administración y los despojó de sus derechos, para entregarlos al ex panista de manera ilegal.
EL SECUESTRO DE SELLO ROJO
En menos de dos días el juez aprobó que se tomaran las instalaciones. Con un comando armado de más de cincuenta elementos de la policía estatal, irrumpieron en Sello Rojo para despojar, bajo amenazas, a los socios mayoritarios, impedirles el acceso a las instalaciones y disolver el consejo de administración, otorgando poderes plenipotenciarios para el manejo de la empresa al grupo de Abraham González Uyeda, apoyado también por el Fiscal Jalisciense Cesar Octavio Solís, cuyos orígenes, al igual que los de González Uyeda, se remiten al gobierno panista de Francisco Ramírez Acuña, quien gobernó Jalisco entre 2001 y 2006. Los excesos del Juez llegaron a tal extremo que han impedido a los socios mayoritarios hablar con sus empleados e incluso buscar información en el Registro Público de la Propiedad, tal como han denunciado los involucrados. El caso es un ejemplo de la tremenda corrupción del Poder Judicial en Jalisco, donde cualquier empresa puede cambiar de manos violentamente por orden de un juez.
EL DESMANTELAMIENTO
Abraham González Uyeda ya había tenido el control de Sello Rojo en 2015 y durante su periodo las ventas disminuyeron, las ganancias se convirtieron en pérdidas, reduciéndose los ingresos hasta en 30% anual. Abraham intentó hipotecar la empresa para liquidar, a precios ridículos, teniendo en cuenta la debacle económica de Sello Rojo, al resto de los accionistas.
Ante esto los socios mayoritarios, mediante el consejo, nombraron a Sergio González como nuevo administrador, quien tuvo que recurrir a créditos bancarios para lograr cumplir compromisos de nómina y proveedores. Se inició una auditoría, fue entonces que Abraham utilizó sus contactos políticos y aprovechando la corrupción de un Juez logró hacerse de nuevo con el control de la empresa.
Los testimonios de los empleados dejan ver, de forma muy clara, la ilegalidad de las acciones y el abuso del que fueron sujetos. “Yo vi como llegaron los hombres armados a las seis de la mañana del sábado 29 de junio, pensé que habían robado las instalaciones, pero ahí estaba Abraham, acompañado de un par de escoltas, impidiendo la entrada de personal y de los socios, al día siguiente me informaron de mi despido. Después de 25 años en la empresa me ofrecieron tan sólo 25% de lo que me correspondía por ley y se negaron a darme mi fondo de ahorro, me dijeron que podía pelearla y ganarla pero que me tomaría dos años y yo tengo deudas, necesitaba el dinero, además sé que quienes demandan son metidos a una lista negra empresarial y ya no es tan fácil conseguir empleo, tuve que aceptar”, señaló uno de los empleados despedidos que pidió mantenerse en el anonimato.
A partir de que Abraham retomó el control han cesado operaciones los centros de distribución en Acapulco, Saltillo y Querétaro, cuatro más están a punto del cierre.
Hasta el momento han perdido más de 320 puestos de trabajo y la cadena productiva en Jalisco puede encontrarse en un problema grave ya que la falta de liquidez de Sello Rojo y su incapacidad para cumplir compromisos podría afectar en las próximas semanas a los grupos ganaderos de Jalisco que perderán un comprador y distribuidor de su producto o a los que no se les liquidarán sus deudas ante la inminente quiebra de la empresa.
LOS GANADORES
No es la primera vez que grupo LALA intenta comprar Sello Rojo, en el año 2002 la lechera lagunera tenía la intención de adquirir la empresa. Según consigna el diario Milenio, “el productor lechero y socio de la firma LALA fundada en la Comarca Lagunera, Mario Valdés Berlanga, recordó que, ante la intención de la empresa por incursionar en el Occidente del país, se intentó tener una participación económica en las operaciones de Sello Rojo”, sin éxito en aquella época. Actualmente, sin embargo, las cosas son distintas y ante el pleito legal cada vez más complicado para Abraham González, este parece que se decidirá por la venta de la empresa, una venta que, por estar enmarañada en un lío en tribunales será muy favorable para los de LALA.
Con información de Gurú Político