De esta manera, el estado se ubica en el segundo lugar nacional en la generación de este tipo de residuos, solamente es superado por Ciudad de México, con 117 mil 550; y en tercer lugar se encuentra Baja California, con 58 mil 600, según revela el apéndice estadístico Inventario de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos en México.

El documento forma parte del Proyecto Manejo Ambientalmente Adecuado de Residuos con Contaminantes Orgánicos Persistentes, desarrollado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el Servicio Nacional de sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria y el Fondo Mundial para el Medio Ambiente.

Sandra Galán, integrante de la Coordinación de Sostenibilidad de la casa de estudios, indicó que el panorama es alarmante, pues en 2016 se tenía previsto que para 2021 México alcanzaría las mil 211 kilotoneladas de residuos electrónicos, pero la cifra fue superada en 2020, al registrar mil 256 kilotoneladas, “incrementamos en 18 por ciento respecto a los residuos electrónicos que se generaron en 2015, posicionándonos como el segundo mayor generador en América Latina y el Caribe”.

De acuerdo con el apéndice estadístico, al menos 66 por ciento de los residuos electrónicos corresponde a pantallas LCD y televisores; 24 por ciento son computadoras de escritorio y portátiles; 6 por ciento se trata de grabadoras y reproductores de sonido, y solamente 4 por ciento a teléfonos celulares.

Del total que se desecha en el país, 65.12 por ciento, es decir, 788 mil 981 toneladas, son metales como cobre, hierro, aluminio, oro y plata, que representan un beneficio económico al recolectarlos; mientras que 5.99 por ciento, 72 mil 574 toneladas, son metales pesados como mercurio, cadmio, cromo y plomo, así como baterías eléctricas y químicos que son contaminantes orgánicos persistentes; y 28 por ciento, 350 mil toneladas, son cerámicas, fibras y plásticos no valorizables.

Impulsan campaña

A través de la Coordinación General de Servicios Administrativos e Infraestructura Tecnológica (CGSAIT), de la UdeG, se llevará a cabo la campaña “Rec-Olectrón”, con la finalidad de recabar residuos electrónicos, del 30 de mayo al 5 de junio, de 10:00 a 16:00 horas, en el edificio de Rectoría General, en la avenida Juárez, al cruce con Enrique Díaz de León, en Guadalajara.

La titular de la CGSAIT, Graciela Domínguez López, destacó que en una primera etapa ya se ha recabado una cantidad importante con el apoyo de la ciudadanía: “ya realizamos una primera etapa en algunas sedes, juntamos siete toneladas y la semana próxima es el reto mayor, estaremos en el edificio central como punto de acopio, una excelente opción para recibir el desecho tecnológico que todos tenemos en casa”.

El objetivo de la iniciativa, señaló la especialista María Inés Toscano, es “reducir las emisiones contaminantes de compuestos orgánicos persistentes (COPS), que son sustancias orgánicas tóxicas, metales pesados y productos químicos que permanecen en el ambiente por largos periodos de tiempo y al no degradarse con facilidad se acumulan y causan daños a la salud y medio ambiente”.

Toscano puntualizó que alrededor de 65 por ciento del material de los residuos tiene potencial para volver a ser utilizado, mientras que 6 por ciento es residuo peligroso y 29 por ciento son materiales no valorizables.

“Debemos dejar de aplicar la economía lineal basada en cuatro pasos: extracción, producción, consumo y desecho, y sustituirla por la economía circular, la cual comienza con la materia prima, seguida por un ecodiseño, luego la producción y distribución, llegando al consumo en la que tenemos que tomar en cuenta la reutilización, reparación, terminando con la recolección y reciclaje, para comenzar de nuevo el ciclo”, consideró.

“Desechar una televisión puede contaminar hasta 80 mil litros de agua, pero desechar un celular puede contaminar hasta 600 mil litros”, recalcó Toscano.

En su intervención, Guillermo Corzo, director de Reinicia el ciclo, empresa que tratará los residuos recabados durante la campaña, puntualizó que en 2019 se generaron 53 mil toneladas de residuos electrónicos, antes de la pandemia, y para el siguiente año, cuando comenzó el confinamiento y la necesidad de adquirir y utilizar aparatos electrónicos para continuar con las actividades educativas y laborales para evitar contagios de covid-19 se incrementó hasta superar la expectativa que se tenía para 2021. “Gracias a la UdeG por abrir un canal mediante el cual podamos crear conciencia de dónde vienen y a dónde van estos materiales”, externó.

Precisó que se genera un modelo en el que los ingresos que se obtienen de los materiales valorizables puedan usarse para cubrir los costos 

Con información de Milenio