Redacción
El gobierno de Andrés Manuel
López Obrador (AMLO) tiene un enemigo muy fuerte y unido que lo busca debilitar
desde el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
Son un conglomerado de las
empresas del Consejo Mexicano de Negocios, así como agencias e instituciones
que incluso son extranjeras, y hoy forman parte de la alianza Va por México.
Según dijo el maestro Aníbal
García Fernández a Contralínea, desde el Imco se generan las estrategias a
seguir en el plan de la oligarquía mexicana, logrando coordinar los esfuerzos
opositores al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador en México y Estados
Unidos.
Explicó que el valor del Imco
es que ha logrado hacer confluir a todos los grupos empresariales que se fortalecieron
en los últimos 30 años.
En el Imco se agrupan los
empresarios de la oposición derechista a la 4T, como Claudio X. González y
varias de las importantes empresas que conforman el Consejo Mexicano de
Negocios (CMN), como:
- Grupo Bal, de Alberto Baillères
- Kimberly Clark, de Claudio X. González Laporte
- Bachoco, de Enrique Robinson Bours
- Grupo Modelo, de María Asunción Aramburuzabala
- Grupo Bimbo, de Roberto Servitje
- Grupo Vitro, de Adrián Sada González
- Femsa, de José Antonio González Carvajal
- Grupo Kaluz, de Antonio del Valle
- Televisa, de Emilio Azcárraga Jean
La mayoría de estos
empresarios ya tenía una riqueza consolidada durante años, pero a partir del
sexenio de Carlos Salinas de Gortari, en 1988, sus fortunas se multiplicaron
exponencialmente, indicó García Fernández.
Además, en el Imco confluyen
los esfuerzos de más de 20 instituciones y empresas extranjeras. Por ejemplo, a
través de Kimberly Clark, en el CMN participan las petroleras Chevron, Conoco
Phillips, Exon, British Petroleum y Shell.
Directamente en el Imco
también colaboran el Departamento de Estado estadounidense, mediante la USAID
(Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, por sus siglas en
inglés), la US-Mexico Foundation, Global Integrity o la empresa Microsoft, del
multimillonario Bill Gates.
Y, aunque no todos los actores
tienen especial animadversión por López Obrador, el papel del Imco es hacer
confluir todos los intereses en un frente opositor al Gobierno de AMLO.
La participación de Claudio X.
González es importante porque es la cara visible, cuenta con un capital importante
y es quien funge como coordinador de acciones, además es el principal vínculo
con organizaciones no gubernamentales y financia algunas de ellas.
Pero también hay otros grupos
sumamente importantes, como Antonio de Valle y Alberto Baillères.
Según dijo García Fernández,
investigador del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica, el Imco
encubre a toda la red del poder económico que ahora se siente amenazada y que,
incluso, con el Gobierno de AMLO está perdiendo los privilegios que le daba su
cercanía al poder de los sexenios anteriores.
Este grupo empresarial apoya a
la Alianza Va por México -conformada por PAN-PRI-PRD- porque le garantizaría
regresar al control del poder político, pero sus objetivos también superan la
intención de controlar en Congreso.
García Fernández explica que
este grupo empresarial cuenta con fuertes relaciones con Estados Unidos y que
incluso las redes que ha detectado llegan hasta el actual Presidente de ese
país, Joe Biden.
“Los grupos empresariales
estadounidenses vinculados a los mexicanos tienen la capacidad de delinear la
política pública dentro del mismo gobierno estadounidense y, a su vez, se
refleja en políticas hacia América Latina”.
Añade que para este sector
empresarial sería muy sencillo apuntalar nuevamente sus intereses mediante un
eventual regreso al poder de la alianza PAN-PRI-PRD, no solo por el
agradecimiento de los partidos por su apoyo, sino porque estas fuerzas
políticas no constituyen una elemental propuesta de país.
Según la investigadora en el
Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe de la Universidad de Buenos
Aires, Georgette Ramírez Kuri, Va por México “carece totalmente de una
propuesta construida o siquiera en construcción; tampoco tiene liderazgos de
ningún tipo, ni político ni carismático, de ninguna índole”.
Así, el grupo empresarial ve
en Va por México la salvación a los privilegios que está perdiendo.
Los gobiernos del PRIAN les
garantizaron al interior del Estado, tanto en lo constitucional como en la
estructura política de integración de poderes, las maneras de incrementar sus
riquezas.
“No por nada tenemos en México
a varios de los hombres más ricos del mundo, contra una mayoría de la población
que no tiene garantizado el acceso a los derechos básicos, como la alimentación,
la educación, la salud o la vivienda”, explicó.
La alianza, en efecto,
representa coyunturalmente a las clases altas, las empresas multimillonarias y
a esa colusión entre las altas esferas económicas con la clase política,
explica Ramírez Kuri.
Además, indicó que el gran
problema que siempre enfrentan los gobiernos de izquierda es el tipo de
oposición que deben enfrentar, pues las clases altas cuentan con herramientas
para organizarse desde los medios de comunicación, el Poder Judicial y las propias
cámaras empresariales.
El poder económico, dice, está
dispuesto a invertir recursos, en sacudirse lo que considera un problema en el
proceso de acumulación de riqueza que persiguen.
“Las empresas multinacionales
se sienten afectadas porque ahora deben pagar impuestos, mejorar salarios,
suprimir la subcontratación laboral, reconocer derechos laborales y, más aún,
cancelar o reorientar negocios que tenían con los recursos naturales del país:
petróleo, electricidad, minería”, explica Ramírez Kuri.
Con información de Polemón