AMLO descarta reelegirse; en 2024 se retirará por completo de la política

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AMLO descarta reelegirse; en 2024 se retirará por completo de la política

AMLO descarta reelegirse; en 2024 se retirará por completo de la políticaZMG /Martes, 20 de abril del 2021



López Obrador recordó que al concluir su mandato se retirará por completo de la política y se irá a su quinta en Palenque, Chiapas y totalmente descartó reelegirse al concluir con su mandato en 2024.

Luego de que se difundieran versiones que apuntan a que la ampliación del periodo del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) Arturo Zaldívar podría beneficiar a su reelección, López Obrador lo negó.

“Ya escuché eso también, de que si se amplía el periodo de dos años del presidente de la Corte es porque yo quiero reelegirme, que ya es un ensayo general o un prólogo, una introducción a mi propósito de reelección. No, yo no soy como ellos, como los que sí han acariciado siempre ese propósito de reelegirse. No", dijo.

“Que por cierto, la gente no sabe que voy a tener dos meses menos que los otros presidentes, porque no voy a terminar a finales de noviembre, voy a terminar a finales de septiembre, o sea, son dos meses menos que los otros presidentes, pero si así lo decide la naturaleza, el Creador, el pueblo, es hasta ese día nada más y me jubilo, me retiro por completo de la actividad pública, de la actividad política”, dijo.

“Y también les adelanto de que voy a vivir de mi pensión del Issste y también ya me va a corresponder lo de la pensión de adulto mayor, pero nada absolutamente de política”, agregó.



¿Quién sucederá a AMLO en la presidencia?

Hay tres aspirantes que habrían estado al frente de gobiernos estatales y tendrían la experiencia necesaria para ser el sucesor o sucesora. Te contamos. Pocas veces el presidente López Obrador habla del 2024 y del futuro. El jueves pasado lo hizo.

Dijo: "Yo estoy hasta el 2024 y ahí me jubilo, pero jubilar es no volver a participar en nada. No opinar. Estoy haciendo ya un trabajo, me estoy preparando psicológicamente para esto."

Detalló que se retiraría a Palenque, la localidad de Chiapas en donde está su rancho, "La Chingada", y se dedicaría a escribir un libro sobre el pensamiento conservador.

Pero no quedaron allí sus expresiones. Dijo: "Tengo 67 años. De 50 años para arriba hay mujeres y hombres. Se van a enojar los adversarios, pero la verdad, sí hay relevo de este lado. Ellos tienen problema, nosotros no. Es un abanico".

Creo que lo dicho por el presidente tiene dos ingredientes. Uno es dudoso y el otro es correcto. Cuando fue Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, a partir de diciembre del año 2000, López Obrador se convirtió en serio prospecto para ser candidato del PRD y otros partidos de izquierda a la presidencia de la República.

Pero, cada vez que se le cuestionaba a ese respecto en sus conferencia de prensa mañaneras, López Obrador respondía con la frase: "a mi, denme por muerto", refiriéndose a que no aspiraría a convertirse en candidato presidencial. Obviamente nadie creyó esa afirmación.

El presidente mexicano vive para la política desde que se despierta hasta que se duerme, y seguramente también sueña con la política. No es imaginable un López Obrador ajeno a ella, distante de las decisiones, de las contiendas, de los proyectos. Al menos, no por voluntad propia.

En diciembre de 2019, a un año de gobierno, el presidente señalaba que esperaba que en 2020 se hicieran irreversibles los cambios promovidos por su gobierno. Dijo entonces: "Cuando cumplamos dos años de gobierno, los conservadores ya no podrán revertir los cambios o tendrían que esforzarse muchísimo y pasar mucha vergüenza para retroceder a los tiempos aciagos de la corrupción."

Obviamente esto no ocurrió. Volver irreversibles de facto los cambios que AMLO quiere implica hacer reformas constitucionales. Seguramente las emprenderá si Morena logra afianzar su posición en la Cámara de Diputados en las elecciones de junio. Pero también implica desde luego ganar las elecciones presidenciales del 2024 con un candidato o candidata que garantice la continuidad.

Como un político de otra generación, López Obrador sabe que la presidencia de la República puede cambiar radicalmente a quien arriba a ese cargo. Luis Echeverría era incondicional y hasta servil con Gustavo Díaz Ordaz, hasta que se convirtió en candidato y encontró que, para él era conveniente romper con la herencia de su antecesor, quien incluso -de acuerdo con algunos testimonios- consideró quitarle la candidatura.

El presidente requiere que, desde su "retiro", tenga la autoridad suficiente para impedir que su sucesor o sucesora, vaya a cambiar el rumbo. No puedo evitar pensar en el "maximato", cuando Plutarco Elías Calles, ya fuera de la presidencia, tenía la autoridad para mandar… hasta que Cárdenas lo expulsó del país.

Con información de El Imparcial