México amaneció con la gran noticia de que el Jefe Diego, sí, aquél que pasó a la historia como el quema boletas y cedió la elección a Carlos Salinas de Gortari, decidió, a sus 80 años de edad, adentrarse en redes sociales.
Con el pretexto de que su incursión en redes sociales es por los jóvenes de México y por un mejor país, el excandidato panista a la presidencia, se presentó ante las nuevas generaciones.
Pero vaya sorpresa la que se llevó, porque recientemente, un joven de 18 años de edad, el youtuber Manuel Pedrero, le dio la bienvenida a las redes y no fue del todo como el panista la esperaba.
El youtuber Manuel Pedrero se tundió al panista Diego Fernández de Cevallos, en su estreno en redes sociales, diciéndole que «las nuevas generaciones sabemos quién eres».
Fue en un video que el joven mexicano, envió un mensaje a Diego Fernández de Cevallos, diciéndole que en Twitter no vas a tener ningún problema porque el dueño es panista como tú, pero no te puedo asegurar lo mismo que en Facebook e Instagram.
Y agregó: No entiendo cómo tu presencia en redes sociales va a ayudar a México, pues antes pusiste en juego tu nombre, tu prestigio y tu preferencia electoral para Carlos Salinas de Gortari. Si Manuel Gómez Morín te viera la cara estaría profundamente desesperado. Felicidades por tu estreno en redes sociales y resulta interesante que regreses en un año electoral. Diego, nosotros sabemos quién eres. No nos vas a engañar ni con tu presencia digital ni física. Suerte Diego, la vas a necesitar.
DIEGO FERNÁNDEZ DE CEVALLOS:
A pesar de la crueldad y el aumento en los delitos de sangre, se mantiene en México el principio ético y jurídico de presunción de inocencia en beneficio de las personas. El Ministerio Público investiga los hechos y acopia pruebas para llevar ante el juez a presuntos responsables. Al menos esa es su obligación en todos los casos. Lo mismo debería suceder mutatis mutandis ante conductas irracionales que, siendo o no delitos, causen o puedan causar algún daño social.
En tales casos procede respetar la presunción de salud mental de los sospechosos y abrir expedientes para que médicos especialistas determinen si los presuntos gozan o no de salud mental, si son o no peligrosos para sí, sus familiares, sus bienes o la sociedad, a fin de que los jueces restrinjan, cuando proceda, la aptitud jurídica del que haya sido declarado incapaz, resulte así de un proceso civil o uno penal. Lo anterior cobra importancia superlativa si nos referimos al comportamiento del Presidente de la República.
En este reducido espacio van solo pinceladas: Está probado hasta la saciedad su proceder errático, contradictorio, deshonesto y falaz. Hace poco ofendía al Ejército, se comprometía a regresarlo de inmediato a los cuarteles y afirmaba que si por él fuera lo desaparecería; hoy lo usa para todo, militarizando el quehacer gubernamental. A empresarios que siempre consideró “minoría rapaz y depredadora” hoy les reconoce “su gran compromiso social”. Pillos despreciables señalados en sus libros ahora ocupan altos puestos en su gobierno. Miente sin inmutarse e intercambia sermones misericordiosos con insultos rufianescos y provocadores. No pierde ocasión para atizar el odio y la división entre mexicanos. Todos los males de México generados por él o heredados los atribuye al “neoliberalismo”.
Su combate a la corrupción no le impide ser un presidente corrupto que dispone caprichosamente de los recursos públicos sin las licitaciones que exige la ley, y lo hace con total opacidad. Sus chistes infantiles (“lo que diga mi dedito”); sus respuestas sucias (como “fuchi… caca”); negar los datos de sus colaboradores porque él tiene “otros datos” o sus criminales decisiones en salud, estancias infantiles y refugios para mujeres, dando prioridad a la rifa de un avión que no se rifará, etcétera; deben analizarse médicamente, aunque la lucha de las mujeres le parezca “trampa conservadora” y el coronavirus tal vez un golpe de Estado que cantan las sirenas. El Presidente debe dar a conocer el dictamen médico sobre su estado de salud; lo ofreció públicamente hace más de siete meses y no ha cumplido. Cada día es más difícil para millones de mexicanos mantener la presunción de salud del inquilino de Palacio; y no solo se trata de cómo pasa a la Historia un hombre sino del presente y futuro de la nación.
Con información de El Gato Politico.