Muchos de los periodistas que por una u otra razón se sienten incómodos con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, han optado por sostener, como línea editorial, el ataque y la agresión sistémica al presidente y a la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.

Este grupo de periodistas y medios ha asumido una posición hostil a todo lo que tenga que ver con la denominada Cuarta Transformación, sobre todo después de que el propio presidente López Obrador hiciera pública una lista que incluía nombres de periodistas y millonarias cantidades de dinero que recibían durante el sexenio pasado.

Entre la animadversión y los intereses, los periodistas en el actual sexenio y la mayor parte de medios tradicionales, han preferido transitar al espacio del enfrentamiento, porque esa parece ser la única manera que tienen de sobrevivir en una época en la que no se privilegia la cercanía con el poder ni se paga por información y contenido editorial. 

Tal es el caso de Pascal Beltrán del Río, director editorial del periódico Excélsior, que en los meses que llevan las administraciones de AMLO y de Sheinbaum se ha dedicado a atacar, sin mucho rigor periodístico a ambos gobiernos. 

Las manifestaciones que se han presentado en la Ciudad de México han sido el pretexto perfecto para que Pascal y otros opinadores se le echen encima a la jefa de gobierno. 

En lugar de considerar el fondo y contenido de las manifestaciones y lo que estás representan para los derechos de las personas, Pascal ha optado por ponerse del lado de los que se ofenden e indignan por las pintas que se han hecho a algunos edificios públicos, en lo que parece un claro llamado a la represión. 

En una de sus cuentas de redes sociales (twitter) el periodista tiene fijado un mensaje que dice: 

“En los diez meses que Claudia Sheinbaum lleva al frente del gobierno capitalino, la Ciudad de México ha conocido el peor daño a su patrimonio. Y ya viene el 2 de octubre. Entonces veremos de qué más son capaces los vándalos, que aquí tienen carta blanca”.

De esta forma, parece que a Beltrán del Río como a un buen número de periodistas, le interesa más desprestigiar al gobierno de Sheinbaum y de López Obrador, aunque con esto se tenga que incitar a la represión de manifestantes y a un clima de mucha mayor violencia en la capital. 

A este grado llega la irresponsabilidad de muchos comunicadores en nuestro país, que en su afán de ser visibles y ganar protagonismo son capaces de perder todo indicio de sensatez y responsabilidad social.