El gobernador de Michoacán Silvano Aureoles Conejo va por un sueño guajiro: que el PRD pueda ganar una gubernatura en el 2021.
Los michoacanos esperan al siguiente año para escoger a su nuevo gobernador y el PRD ni siquiera figura en las encuestas de salida. Lo cierto es que aún no hay candidatos oficiales, pero el papel del perredista en el estado (uno de los más pobres del país) no deja mucha esperanza de que el sol azteca retenga el poder en el estado de las corundas.
El fin de semana pasado, Sivano dijo a su círculo primario que no contempla alianza con el PAN y que quiere trabajar para la candidatura de su hermano Antonio García Conejo, un personaje de poco reconocimiento pero atado al gobernador y todo lo que eso representa. Y es que el panismo quiere aliarse al PRD para lanzar a Marko Cortés como gobernador de este estado, el primero en ser golpeado por la guerra de Felipe Calderón, pero suena a una pésima idea para Aureoles, quien busca permanecer de alguna forma en el cargo.
A nivel nacional, el perredismo no ha logrado tener una cabeza que levante al partido. Están en una crisis financiera que los tiene al borde de la quiebra y sus millones de militantes han desaparecido. Con todo esto encima, una alianza como la del 2018 (PRI-PAN-Movimiento Ciudadano, que no funcionó) es lo único que les queda. Ahora Silvano Aureoles quiere jugar su última carta, en donde rompería con el panismo de manera definitiva.
Lo cierto es que en Michoacán suena fuerte Morena para hacerse con la gubernatura, en un estado que bien elige al PAN, luego al PRI y luego al PRD en cortos periodos de tiempo. Sin una línea clara, los votantes michoacanos están seguros de que el perredismo no es realmente una apuesta segura a futuro, ya que podrían incluso perder el registro para 2021. Con todo esto en contra, el gobernador quiere aprovechar sus últimos meses en el cargo.
Con información de La Política Online.