Redacción
El operativo opresor que vivieron
los manifestantes por la muerte de Giovanni López tuvo detrás una línea de
mando que fue tajante y clara: no iban a escatimar en el uso de la fuerza para
detener la manifestación, así lo da a conocer el periodista Oscar Balderas en
su colaboración para la Primera Emisión con Luis Cárdenas en MVS Radio.
“Un llamado urgente sacudió a la
Fiscalía del Estado de Jalisco la tarde del jueves 4 de junio, el día en que
las protestas por el homicidio de Giovanni López a manos de policías
municipales de Ixtlahuacán de los Membrillos amenazaban con quemar
Guadalajara”, detalló.
Relató que “fue un orden breve, pero
con tono de urgencia: todo el personal operativo de la fiscalía debía
presentarse, sin tardanza, a un pase de lista a las 6 de la tarde, en punto, en
Casa Jalisco, la sede del Poder Ejecutivo local”.
“El mandato venía directamente
del fiscal estatal Gerardo Octavio Solís, quien de acuerdo con testimonio de
tres agentes diferentes distribuyó una orden a través del mando o clave “J1”,
es decir, el director general de la Policía Investigadora: todos los agentes
debían acudir a la cita sin armas de fuego, pero con palos y tubos”, agregó.
Así sería la estrategia del
gobernador Enrique Alfaro para someter a los manifestantes, con toda la fuerza
necesaria, pues ante el rumor que llegó a sus oídos de que la protesta era
organizada desde la CDMX, no contuvo su ira y decidió enviar un mensaje claro
con sus agentes.
“… Al oír eso, Enrique Alfaro,
furioso, decidió que respondería al rumor con fuerza para enviar un mensaje
hasta los que él llamaría los sótanos del poder de la Ciudad de México”.
Con información de MVS Noticias