La película está muy clara, Claudia Sheinbaum está empecinada en acabar con la corrupción que impera en el modelo de taxis de la Ciudad de México, los taxistas, por su parte, pretenden que siga operando un sistema oscuro y lleno de corrupción que representa un riesgo para la seguridad de los usuarios. 

Para nadie es un secreto el temor que existe entre los usuarios al momento de abordar un taxi tradicional en la Ciudad de México y en la mayor parte de ciudades del país. Unidades en pésimas condiciones, malos tratos de los choferes, abusos con los cobros e incertidumbre al desconocer los datos personales del conductor. 

Aún así, ahora otro grupo de taxistas se dispone a desquiciar la Ciudad de México el próximo lunes 21 de octubre. Se trata de un grupo de taxistas que se denomina “Taxistas Unidos por México” (TUM). De acuerdo con los primeros reportes, los Taxistas Unidos por México (TUM) marcharán a pie del Hemiciclo a Juárez al Congreso capitalino, lo que parece indicar que los problemas que causarán no serán tan caóticos. 

“La movilización la vamos hacer sin automóviles, la vamos hacer del Hemiciclo a Juárez, vamos a caminar hacia Allende y Donceles y vamos a llevar cantidad de gente porque consideramos que es esencial dar la presencia como TUM y sí estaremos presentes”, comentó Ignacio Juárez, coordinador de la organización.

Lo que es increíble es que este nuevo grupo de taxistas, así como los miembros de la organización que se menifestaron hace algunos días, pidan la regulación de empresas de transporte como Uber, sin plantear una mejora sustancial en el pésimo servicio que ellos prestan. 

Los taxistas están exigiendo apoyos económicos para créditos de renovación de autos y subsidios en la gasolina o en sus refacciones. Se espera que en la marcha, además, exijan mejores condiciones de seguridad pues acusan que cada vez son víctimas de más asaltos y hasta secuestros. Todo esto sin dar nada a cambio.