Por: @ EddHdz07
En un vídeo, el ex presidente mexicano, Felipe Calderón, aseguró que la investigación del operativo “Rápido y Furioso” es parte de la estrategia electoral de Donald Trump y que México no debería participar en tal investigación.
No cabe duda de que el ex mandatario busca de alguna manera defenderse ante su gran falta contra el país Azteca.
Su declaración es errónea y por lo tanto, su intento de justificación resulta ser un fracaso, ya que el llevar a cabo dicho operativo fue una violación a la soberanía de los Estados Unidos Mexicanos, asunto que le compete totalmente a México y por lo tanto, la situación se vuelve de carácter bilateral.
La intromisión ilegal de armamento a territorio mexicano, terminó beneficiando principalmente, y de manera casual, al Cartel de Sinaloa. Hoy, el ex secretario de Seguridad Pública del gobierno encabezado por Calderón, Genaro García Luna, está preso por el delito de conspiración para tráfico de cocaína hacia los Estados Unidos, por sus nexos con el Cartel de Sinaloa, etc. Lo antes mencionado no pinta un escenario favorable para Calderón, pues es prácticamente inminente que la justicia norteamericana lo cite a una corte de Nueva York por sus presuntos vínculos con el narcotráfico.
Hasta el momento, Calderón niega categóricamente haber cooperado en tal operativo (tráfico de armas) llevado a cabo por la administración de Obama, (quien por ahora se encuentra bajo investigación, debido a uno de los escándalos políticos más grandes en la historia, hablamos del “Obamagate”). Esto nos ofrece otras perspectivas: una en la que Calderón fue un inepto y jamás se dio cuenta; y otra en la que sí sabía e hizo caso omiso a la violación de nuestra soberanía ejercida por las políticas de Obama que condujeron a la narcocartelización de México.
Lo cierto es que “Rápido y Furioso” e incluso el “Obamagate” ponen en la mira de la justicia estadounidense tanto a Obama, como a Felipe Calderón por su presunta complicidad para llevar a cabo actos ilegales.