Redacción
La pandemia por Covid-19 golpeó a muchas empresas, pero hubo algunas, como KFC, que en lugar de despedir personal, cerrar y esperar a que pasara, decidió a arriesgarse ante la oportunidad y se consolidó como una compañía ejemplar.
Por principio de cuentas, los patrones de consumo cambiaron. Habituados a los consumos a la hora de la comida y los fines de semana, desde marzo pasado han registrado una demanda más estable: los pedidos son consistentes a lo largo del día, además de que tuvieron que reasignar tareas para que el personal de los restaurantes se sumara a las labores de atender llamadas.
“Nos hemos habilitado muchas personas que tenemos otros roles dentro de la compañía, nos hemos certificado para la toma de los pedidos y en los momentos pico, sobre todo los fines de semana, nos conectamos desde nuestros hogares y tomamos las llamadas de los clientes”, comentó Artemio Santos, director general de KFC en México.
Se han contratado alrededor de 300 personas como teleoperadores para satisfacer esa demanda. Igualmente, el personal de reparto se incrementó en 180 elementos, que además permitieron implementar este servicio en 32 restaurantes que no lo tenían.
Con ello, las ventas, principalmente telefónicas, se ha incrementado al grado de que unidades en zonas habitacionales han aumentado incluso al doble las ventas, mientras que el sitio web ha crecido su tráfico casi al triple, de acuerdo con Santos.
“En horarios que no eran tan comunes, tenemos también a muchos clientes visitándonos afortunadamente”, comentó Santos.
Como parte de las acciones para aumentar sus ventas, destacó que se ha ampliado la zona de envío e incluso, antes de que se suspendieran las actividades de la construcción, terminaron 5 sucursales de su plan de expansión.
Con ello, alcanzaron los 429 restaurantes en el país, con apenas una treintena de ellos impedidos para operar porque se encuentran dentro de centros comerciales que no están en funcionamiento.
Con información de Forbes