El académico José Antonio Crespo acaba de publicar recientemente su libro AMLO en la balanza que pretende hacer un corte de caja a un año del gobierno del tabasqueño.
José Antonio Crespo platicó para Aristegui Noticias sobre el contenido de su libro y advirtió que como tesis principal el texto sostiene que en México estamos pasando por una transición entre la esperanza y la incertidumbre.
Para el académico, AMLO quiere implantar la Cuarta Transformación con acciones que más que certezas, desde una perspectiva racional y sustentada en política pública, dejan dudas por su carácter poco sustentado y más orientado hacia las ocurrencias.
Sin embargo, aunque no está analizado en el texto, un tema que pudiera convertirse en la reivindicación o sepultura del gobierno de AMLO sería el balance final de la pandemia en México, si AMLO lo hace bien, salvará este inicio incierto; pero sí lo hace mal, si los números revelan una catástrofe para el país, el sexenio se acabó.
Aquí reproducimos una parte de la entrevista:
¿Un año no le parece un plazo muy corto para hacer un balance?
Sí, pero mi balance es del primer año y de cómo veo la cosa. Mi conclusión es que no vamos bien y necesitamos rectificar. Es verdad que el sexenio apenas comienza, pero hay indicadores que nos permiten vislumbrar su estrategia y los resultados. Por supuesto, es mi perspectiva, los seguidores del presidente dirán lo contrario.
¿Qué tipo de oportunidad representa para el gobierno un buen manejo de la pandemia?
Si salimos bien librados y no quedamos tan rebasados como ha sucedido en otros países y si se minimizan los costos a nivel económico, el gobierno saldrá fortalecido. Sin duda enfrenta el reto de demostrar su capacidad y el impulso de esto le podría durar el resto del sexenio. Pero en caso contrario, será en términos prácticos, el fin de este gobierno.
En lo que va del año el presidente ha tenido que mostrar reflejos ante temas que en principio no consideraba fundamentales en su agenda como los feminicidios, la ecología y desde luego el coronavirus.
Cierto. Al principio no les hizo mucho caso y le parecían distractores. Incluso los descalificó diciendo que formaban parte de la estrategia de los conservadores. Así se refirió a los movimientos de las mujeres y de las víctimas de Javier Sicilia. Esta crisis le representa un desafío. Lo obliga a despegarse de su proyecto original, por eso los minimiza. Ha expresado una rigidez enorme a la hora de reaccionar ante la crisis. Mientras otros países dedican hasta el 8 o 9% del PIB a las estrategias contracíclicas, él le da cuando mucho 1.5%. Con las condiciones actuales y los retos en materia sanitaria y económica es necesario hacer ajustes y no los hace.
Pero él asegura que creará dos millones de empleos, y varios de ellos provendrán precisamente de obras como Dos Bocas o el Tren Maya. ¿No está bien empezar por los más necesitados para repartir los apoyos?
Claro que está bien y nadie le cuestiona eso, en dado caso pedimos que quite recursos de las obras públicas para promover el empleo. Nadie quiere que recorte las becas o las ayudas a los adultos mayores, pero no es suficiente. Hace falta proteger a las empresas, no a las cupulares, pero sí a las pequeñas y medianas. Si descuidas a los empresarios se te viene abajo el empleo y la recaudación, y por tanto en dos años no tendrás dinero para tus programas. Repito, las metas están bien, pero no los medios. Ahí está la discusión. Si no sale bien librado de la crisis se acabó la Cuarta Transformación.