El dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas se presentó como víctima de persecución política y aseguró que enfrentará su proceso de desafuero “con mucha determinación”, convencido de que se trata de una maniobra del gobierno para acallarlo.

“Hay que enfrentarlo siempre con mucho carácter y mucha determinación”, dijo el priista con tono desafiante, antes de acusar que vive en “un país donde todo el gobierno está señalado de haber pactado con el crimen organizado”. Según su versión, el proceso en su contra no busca justicia, sino distraer a la opinión pública de los problemas nacionales.

Moreno sostuvo que “no temerá ni se echará para atrás” y que no hay pruebas reales en su contra.

“Lo tengo que enfrentar como es, porque no tienen ningún elemento, porque son inventos, una locura y porque son distractores”, afirmó, al insistir en que todo se trata de un ataque político.

Sin embargo, el senador omitió mencionar que en Campeche continúan abiertas las investigaciones por presunto enriquecimiento ilícito y lavado de dinero, y que varios de los predios vinculados a su familia están siendo expropiados por el gobierno estatal.

Fiel a su estilo, “Alito” anunció que llevará su cruzada más allá de las fronteras mexicanas, prometiendo presentar denuncias “en México y en todo el mundo”. Un gesto que, más que valentía, parece reafirmar su narrativa de víctima global de la “4T”, convenientemente útil cuando las acusaciones lo cercan.

Mientras tanto, en el Congreso avanza la solicitud para retirarle el fuero, y el priista multiplica sus apariciones públicas, repitiendo un mensaje que ya se ha vuelto costumbre: no importa cuántos señalamientos enfrente, siempre habrá una conspiración más grande a la que culpar.

Con información de Polemón