¿Y si MC fuera un partido serio?

OPINIÓN

¿Y si MC fuera un partido serio?

¿Y si MC fuera un partido serio?ZMG /Miércoles, 26 de junio del 2024



Juan Luis H. González Silva


Los resultados del pasado 2 de junio fueron contundentes. A nadie le quedó duda respecto del mensaje que enviaron las y los mexicanos a través de las urnas. La gente refrendó su confianza al proyecto nacional que comenzó López Obrador en el 2018 y que continuará Claudia Sheinbaum a partir del próximo 1º de octubre.


La candidata de Morena ganó en todos los estados (excepto Aguascalientes), le sacó 30 puntos de ventaja a Xóchitl Gálvez, logró el voto mayoritario en las dos cámaras y estuvo a dos escaños de tener mayoría calificada en el Senado.


Los adversarios reales de Morena fueron avasallados. “Alito”, Marko, Claudio X, Zambrano y compañía se han lamido las heridas desde la elección mientras se señalan, unos a otros, como culpables de la hecatombe. Todos lo son, pero no por haber errado la estrategia sino por el simple hecho de existir en la escena política. No había táctica o “narrativa” que alcanzara para ganar, teniendo a estos personajes como copilotos y tripulantes de la nave opositora. Y ojo: Xóchitl no es víctima, es cómplice.


En otra de las esquinas del ring nacional estuvo un contendiente de mentiritas: Movimiento Ciudadano. Un partido ensimismado, cooptado por un político de viejo cuño que sigue celebrando el hecho de haber sacado más votos que el moribundo PRI, al cual perteneció. 






El festejo tiene sentido porque con la votación de Máynez –su candidato presidencial– le alcanza para tener acceso a un jugoso reparto de utilidades. Habrá lana para Dante Delgado y sus amigos. De ahí en fuera, todo es pérdida para Movimiento Ciudadano; en lo ideológico, en lo político y en espacios reales de representación. Ganaron un distrito federal de 300 posibles. 


Es verdad, MC jugó de esquirol en la elección presidencial. Fragmentaron la votación de la de por sí alicaída oposición, pero no en acuerdo con el actual régimen y el presidente; se fueron por la libre porque el cálculo nunca fue político, sino meramente financiero. Hoy, más que nunca quedó demostrado que MC le apuesta a cachar votos para tener acceso al dinero público.


Dante Delgado ya se había peleado con Enrique Alfaro y buena parte del emecismo jalisciense. Le respondieron en las urnas, no pelaron a su abanderado presidencial y, por el contrario, tuvieron que cargar con una candidatura que les causó más dolores de cabeza que rédito electoral.



Para nadie es un secreto que Jorge Álvarez Máynez –a pesar de su efímero y costosísimo éxito en Spotify– representó un desgaste extraordinario para el candidato a gobernador, Pablo Lemus, y los candidatos a senadores, alcaldes y diputados locales y federales. Algunos sacaron la elección, pero no gracias a la estrategia nacional, más bien, a pesar de ella.


La esquizofrenia que vivió el emecismo de Jalisco acabó minando sus posibilidades. Entre el voto útil, el voto cruzado y el tsunami morenista muchas y muchos naranjas se extraviaron. Los que lograron el triunfo lo hicieron por el despliegue de las estructuras con que cuenta el partido en todo el estado. Alfaro se metió a la elección y aprovechó para machacar lo que él mismo y muchos militantes de MC sienten y piensan: desde que Dante Delgado tomó el control definitivo de su partido éste ha iniciado una caída pemanente y constante “porque han hecho de la política una broma”. 


La comunicación política debe tener sustancia y algo de realidad en sus entrañas para tener éxito. Bombazos musicales y parafernalia funcionan una vez, pero si no hay acciones tangibles y un discurso serio que los sustenten, acabarán diluyéndose en los días cual canción de Peso Pluma. Competirle al PRIAN no será difícil para MC, pero frente a Morena la cosa es muy diferente.


La elección del pasado 2 de junio era una magnífica oportunidad para que Movimiento Ciudadano se presentara como una oferta política sobria que contrastara con el desastre en que acabó convertido el PRIAN; sin embargo, los naranjas optaron por volver a la vieja fórmula de la banalización y la frivolidad. Al final, nadie sabe qué significa hoy Movimiento Ciudadano.


Por eso, Pablo Lemus, Verónica Delgadillo, Juan José Frangie y Gerardo Quirino, las cartas fuertes del emecismo en el estado, deben atender el llamado que hizo la ciudadanía. El escenario será muy complejo, con un congreso local en contra, con una Universidad de Guadalajara empoderada y la atención permanente de la presidenta de la república.


Si MC en Jalisco no implementa una estrategia sólida que le dé sustento a su proyecto político de manera integral y con una visión de futuro, les será muy complicado sortear la elección intermedia de 2027. MC en Jalisco ya no está para otro éxito arrollador de Yuawi. Jalisco y México necesitan partidos políticos profesionales y cercanos a las necesidades reales de la gente. Menos frivolidad y espectáculo y más propuestas, programas y soluciones a nuestros grandes problemas. 


¿Estará MC a la altura de sus desafíos? ¿Se convertirá MC en un partido serio?