Un hombre que pensaba que no tenía familia propia se sorprendió al descubrir que tenía 37 hijos secretos.

Peter Ellenstein, que actualmente tiene 62 años y fue donante de esperma en las décadas de 1980 y 1990, mientras intentaba recaudar dinero para iniciar una compañía de teatro en Estados Unidos.

Después de hacer sus depósitos en el banco de esperma local, Peter no pensó en eso hasta tiempo después cuando recibió un mensaje en su Facebook durante el mes de octubre de 2017 por parte de uno de sus hijos biológicos, una joven llamada Rachel White.

"Hola Peter, nací en 1994 por fertilización in vitro. Te escribo porque creo que es posible que tú fueras el donante. Si prefieres no entrar en contacto, lo entenderé. "Sencillamente quería darte las gracias", decía el mensaje.

Peter relató para el medio The Sun que desde ese momento en el que leyó el mensaje, su vida cambió para siempre.

Cabe señalar que al principio pensó que se trataba de una estafa, pero recordó que en su juventud fue donante de esperma porque necesitaba dinero para subsistir.

Peter respondió el mensaje a Rachel y se quedaron de ver durante la tarde de esa noche, lo primero que hicieron fue abrazarse y lloraron juntos, además de hablar durante altas horas de la madrugada.

Desde entonces, Peter le pidió ayuda a Rachel para estar en contacto con sus otros 36 hijos más, ya que 37 niños nacieron gracias a las donaciones de Peter.

"Me reuní tres semanas después con Rachel nuevamente y ella tenía una lista de otros 11 niños que había encontrado", dijo Peter y entró a un sitio de genealogía, encontrando un hijo cada mes y comenzó a comunicarse con ellos.

Sorprendentemente, Peter se reunió con sus 34 hijos biológicos y está en contacto regular con al menos una docena de ellos.

"Cuando hice esas donaciones por primera vez, nunca imaginé que llegaría a esto", dijo Peter.

Cabe señalar que la clínica le había dicho que las donaciones eran anónimas, aunque aceptó que cualquier descendiente podría localizarlo en caso de una emergencia médica, si necesitaban su médula ósea para un trasplante, por ejemplo.

"Conocer a todos mis hijos biológicos ha enriquecido enormemente mi vida", añadió Peter.

Peter admite que conocer a sus hijos biológicos es lo mejor que le ha pasado y regularmente asiste a cenas familiares, hasta ha ido a las bodas de sus hijos.

Con Información de Debate.