“Es peligroso para la economía”: Empresarios rechazan jornada laboral de 40 horas
Representantes del sector empresarial se oponen a la propuesta de reducción de la jornada laboral, advirtiendo sobre posibles impactos negativos en nóminas, productividad e inflación.
El lunes 16 de octubre marcó el inicio de un debate crucial en la Cámara de Diputados de México, donde se llevaron a cabo foros de parlamento abierto para discutir la propuesta de reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas a la semana. En un escenario polarizado, representantes del sector empresarial expresaron su oposición a la reforma, enfatizando una serie de riesgos asociados a su posible implementación.
Uno de los puntos más destacados en el debate fue la advertencia de Lorenzo Roel, presidente de la Comisión Laboral del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), quien argumentó que la reducción de la jornada laboral requeriría la contratación de aproximadamente 2.6 millones de trabajadores adicionales. Esto, a su vez, tendría un impacto económico considerable, ya que el costo adicional por concepto de tiempo extra y días de descanso laborado ascendería a 360 mil millones de pesos anuales. Roel subrayó que la iniciativa no resultaría en una mayor productividad ni en un mayor descanso para los trabajadores, sino que generaría un aumento en los costos laborales, lo que, en última instancia, podría traducirse en un alza de precios de bienes y servicios.
Ricardo Barbosa, representante de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), compartió preocupaciones similares. Adicionalmente, Barbosa predijo que la reforma podría incrementar la informalidad laboral y disminuir la recaudación del Impuesto Sobre la Renta y las cuotas de seguridad social. En su evaluación, el aumento en la nómina sería considerable, oscilando entre un 35 y un 40 por ciento. Este aumento en costos laborales tendría repercusiones en los precios, la recaudación tributaria y, posiblemente, en la inflación.
“Y en los grandes empleadores el aumento no es menor. El aumento en la nómina es del 35 al 40 por ciento, lo cual no hay ningún empleador ni ninguna empresa en el país que pueda absorber ese costo sin que se vea reflejado en un aumento en el costo de los productos, menos recaudación de renta, menos costo de seguro social, más aumento en los precios y un tema inflacionario, es donde invito que haya una reflexión más seria”, afirmó.
Los representantes empresariales también hicieron un llamado a no politizar ni utilizar el tema con fines electorales, sugiriendo un aplazamiento y una revisión más profunda de la propuesta de reducción laboral. Mencionaron que el impacto en la productividad no solo afectaría a las nóminas, sino también al tiempo de trabajo y que, en consecuencia, las empresas podrían tener dificultades para implementar la reforma de manera inmediata.
Por otro lado, defensores de la reforma, incluyendo representantes del sector obrero y legisladores, destacaron la necesidad de mejorar los derechos laborales en México. Argumentaron que la jornada laboral actual es extenuante y pone en riesgo la salud física y emocional de los trabajadores. Subrayaron la importancia de una reforma que beneficie a los trabajadores y llamaron a una implementación gradual y planificada de la reducción de la jornada laboral.
El debate continuará en tres sesiones posteriores, en las que legisladores, expertos y representantes laborales presentarán argumentos a favor y en contra de la propuesta. La decisión final se tomará el 21 de noviembre, considerando los comentarios y opiniones de diversos sectores de la sociedad. La discusión en la Cámara de Diputados refleja la importancia de equilibrar los intereses de los trabajadores y el sector empresarial en busca de una reforma laboral que beneficie a todos los mexicanos.