“Los Perrones” son originarios de El Salvador y es identificado como un grupo criminal de transportadores de drogas ilícitas que extienden su dominio desde Panamá hasta Guatemala. La mayoría de los miembros del grupo de la delincuencia organizaba también tienen la nacionalidad hondureña, por lo que pasar entre las fronteras de ambas naciones centroamericanas, facilita el trasiego de drogas que realizan.

Los salvadoreños son mercenarios que no solamente trabajan para una sola organización delincuencial, lo hacen para varios cárteles tanto mexicanos como colombianos, además de grupos criminales de Guatemala, según informes de Insight Crime, la fundación dedicada al estudio y a la investigación de amenazas para la seguridad nacional y la ciudadana en América Latina y el Caribe con sede en Estados Unidos.

“Los Perrones” comenzaron a contrabandear mercancías hacia Honduras y El Salvador. Reynerio Flores fue uno de sus fundadores quien comenzó llevando agua. Posteriormente otros futuros líderes de la organización diversificaron el contrabando a través de alimentos y prendas de vestir, incluso llegaron a ser uno de los principales transportadores de queso, por lo que fueron llamados como el Cártel de los quesos”.

Pero al darse cuenta que contrabandear drogas era mucho más rentable en cuanto a ganancias, abandonaron el contrabando de comida y ropa y destinaron sus recursos para voltear al narcotráfico donde crearon un fuerte vínculo con los narcos de México y Colombia al tener empatía con las actividades ilícitas.

“El Chapo” acogió a “Los Perrones”

Fue entonces que los salvadoreños con doble nacionalidad hondureña, se asociaron con mayor fuerza desde la década de 1990 con Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada García, los cofundadores principales del Cártel de Sinaloa. Con dicha asociación, “Los Perrones” aumentaron sus ingresos y por consiguiente el poder de comprar a las autoridades para que los dejaran mover las grandes cantidades de cocaína que llegaba de Colombia para México, cuyo destino final era Estados Unidos.

“Los Perrones” se valían de las carreteras centroamericanas para transportar la droga debido a la baja infraestructura aérea que en ese entonces tenía El Salvador. De tal manera que tras la llegada de la cocaína que era recogida desde Colombia y Ecuador para ser enviada en lancha y subirla a barcos de pesca que llegaban a la costa de El Salvador, garantizaban a los de Sinaloa que su mercancía llegara sin problema.

Lo anterior ayudó en gran escala al Cártel de Sinaloa para que se consolidara como la organización del narcotráfico con mayor presencia no solo en México, sino a nivel internacional. Según las autoridades, dicen que las más ricas y notorias bandas mexicanas representan, algo así, como un ejemplo a seguir para “Los Perrones”, cita Insight Crime.

A “Los Perrones” se les relacionó con oficiales de policía especialmente de la zona oriental del país donde consiguieron tener alianzas con miembros de las agencias de seguridad pública y de los círculos políticos, prueba de ello fue el caso de Reynerio Flores quien evitó ser detenido en El Salvador, aunque posteriormente fue arrestado en Honduras.

Pero el crecimiento de la organización y los desacuerdos internos han ido mermando a “Los Perrones”, situación que han llevado a la captura de varios de sus líderes fundadores, pero no así de los van surgiendo. Hasta el último análisis que hizo Insight Crime, el grupo criminal se fracturó en dos unidades: 

• “Los Perrones” Occidentales dedicados al tráfico de cocaína, armas y migrantes desde el oeste de El Salvador hacia Guatemala.
• “Los Perrones” Orientales enfocados en transportar cocaína vía marítima y posteriormente enviarla a sus aliados en el occidente de El Salvador, o en dirección norte hacia Honduras.

“Los Perrones” comenzaron a ser identificados después de que en el 2000 se les relacionara con un cargamento de varias toneladas de cocaína descubierto en Nicaragua y Costa Rica. Y pese a que se fracturaron en dos bandos y perder el liderazgo de los líderes originales, el grupo criminal se reagrupó y sigue como la organización delincuencial con mayor fuerza en El Salvador.

Con información de El Heraldo de México