Desde el anuncio del presidente Andrés Manuel López Obrador de impulsar la consulta popular para enjuiciar a expresidentes, diversos personajes de la derecha nacional, e inclusive internacional, lanzaron una campaña contra el ejercicio democrático que, previamente, impulsaron millones de mexicanos con su firma.

Uno de sus principales detractores es el expresidente panista Vicente Fox Quesada, quien a través de Twitter todos los días llama a no votar en la consulta. Inclusive, invitó a asistir al “Callejón del Beso” el día de las votaciones.

Otro, es el conductor de Latinus, Carlos Loret de Mola, quien calificó el ejercicio ciudadano como “un nuevo engaño de López Obrador”.

Además, a ellos se les suma Vicente Fernández de Cevallos, opositor al presidente López Obrador desde hace más de 20 años. De acuerdo con el panista veterano, la consulta “será el proceso más corruptor que ha sufrido nuestra vida pública… Porque se llegó a la infamia de consultar ‘al pueblo’ si las autoridades deben cumplir o no con lo que les manda la ley”.

La lista de personajes opositores a la 4T que desdeñan la consulta es larga, y a ella se agrega Ricardo Anaya, el ex legislador vinculado a los sobornos del Pacto por México y excandidato presidencial.

Para Anaya, la consulta es un “engaño”: “La consulta propuesta por AMLO, dizque para enjuiciar a los expresidentes, es un engaño. En un país de leyes los delitos se castigan, no se consultan. Además, es un tiradero de dinero, costará 500 millones. ¿No sería mejor comprar medicinas para los niños con cáncer?”.

Sumado a ellos, ahora Denise Dresser se destapó como detractora del ejercicio popular. Y dijo que en realidad se trata de “un distractor más” del gobierno. Pues “lo que podría haber sido un ejercicio ejemplar de democracia participativa es una trampa. Si AMLO quisiera investigar corrupción/impunidad podría actuar ya”.

Y en lo internacional destaca la organización conservadora “Human Rights Watch (HRW)”, que calificó la consulta como “un circo político”.

O el diario liberal (neoliberal) británico The Economist, quién osó señalar a la consulta como “una pregunta que pudo haber sido ideada por Cantinflas”.

Pese a las críticas y a la campaña emprendida por la derecha lo cierto es que la consulta popular marca historia en la nación. Por un lado, por ser el primer ejercicio institucional de democracia participativa (avalado por el INE). Y, por el otro, por poner en tela de juicio a quienes por años se creyeron intocables, a los políticos del pasado que saquearon, otorgaron contratos millonarios y ejecutaron matanzas contra el pueblo de México.