El amor y el odio a AMLO

OPINIÓN

El amor y el odio a AMLO

El amor y el odio a AMLO ZMG /Jueves, 22 de abril del 2021




Por: Juan Luis H. González 

El viernes pasado apareció una encuesta levantada por Grupo Reforma –uno de los medios de comunicación más críticos de Andrés Manuel López Obrador– que cimbró los corazones de todas y todos los ciudadanos de este país que desean, fervientemente, que Morena pierda la mayoría en la Cámara de Diputados. 

Los resultados no son esperanzadores para este segmento de la población, pues el partido del presidente de la República goza de cabal salud y encabeza las preferencias para la elección de diputados federales con 45 por ciento, mientras que PRI y PAN se disputan el segundo y tercer lugar con 18 y 17 respectivamente. 

¿Por qué es tan importante la elección de diputados federales? Porque tanto Andrés Manuel López Obrador como la oposición necesitan el mayor número de diputados en la cámara para sacar adelante sus respectivos proyectos e iniciativas. AMLO va por las reformas que su cuarta transformación requiere para la segunda mitad del sexenio. La oposición, por su parte, tratará de hacer contención al partido en el poder, jugándose su carta más importante de cara a la elección presidencial de 2024. En caso de que el PRI, el PAN y el PRD no logren el número suficiente de diputados federales estarán en una situación muy compleja, dejándole la puerta abierta a Morena para repetir en la Presidencia de la República. 

Este escenario –con una fuerte intención de voto para Morena– podría deberse a dos razones sustanciales. Primero, Morena y su líder nacional, Mario Delgado, entendieron muy a tiempo la importancia de comunicar de forma sencilla y efectiva. Supieron incidir en la percepción de sus electores y desplegaron –en el arranque de las campañas– piezas muy bien logradas que explicaron de forma puntual lo que los partidos de la “alianza opositora” han representado para nuestro país. 

Más recientemente, los spots y narrativa de Morena se enfocaron en generar certezas y certidumbres alrededor de la 4T. En la comunicación de Morena se percibe armonía entre lo que hace el gobierno y lo que las acciones de este partido propician en la población de México. Ahí hay calma como piso del escenario donde se cuenta la historia del país. 

Por el contrario, la comunicación institucional de la oposición se sustenta en el vértigo propiciado por la desesperación de hacerle ver a la ciudadanía que estarían cometiendo un gran error votando de nueva cuenta por Morena. Las imágenes que prevalecen en sus historias y piezas de comunicación son de un contraste impostado, con sangre, odio y violencia discursiva. Además, las referencias que intentan integrar a su versión de país no necesariamente se relacionan con Morena, por ejemplo, la corrupción y la inseguridad son temas que la gente sigue ligando más con los priistas e incluso con los panistas. 

La segunda razón sustancial de esta intención de voto es el factor López Obrador. El problema para la oposición es que no disponen de un personaje que haga contrapeso a la carga y atributos emocionales de AMLO. Ningún presidente o gobernador de los partidos incluidos en el equipo opositor tiene la dimensión y el peso para enfrentarlo. Corral y Alfaro están inmersos en la complejidad de sus estados y sus elecciones. El resto de los gobernadores caminan en el mismo sentido, absortos en la escala de sus pequeños reinos. Necesitan ganar la elección intermedia para no morir políticamente, mantener cierto control sobre sus estados y seguir asomando la cabeza a nivel nacional. 

Los estudios que se levantan en estos momentos ya dan cuenta de la realidad que viene: la elección que llega en 45 días caminará en el terreno de las emociones y los sentimientos; habrá muy pocos mensajes racionales que puedan trascender en la arena electoral. El escenario está puesto, el amor y el odio a AMLO serán el motor de la contienda. 

Con información de NTR Guadalajara

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