Sin pedirle nada a cambio, dueño de restaurante ofrece “chamba” a sujeto que intentó robarle

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Sin pedirle nada a cambio, dueño de restaurante ofrece “chamba” a sujeto que intentó robarle

Sin pedirle nada a cambio, dueño de restaurante ofrece “chamba” a sujeto que intentó robarleZMG /Lunes, 5 de abril del 2021



El criminal usaba una capucha y fue captado por las cámaras de seguridad del establecimiento. Entró en el restaurante, rompiendo la puerta de cristal en búsqueda de dinero. Sin embargo, el hombre huyó del lugar con las manos vacías, ya que Wallace guarda todo el efectivo en una caja fuerte.

arl Wallace, el dueño de un restaurante en la ciudad de Augusta, Georgia, EU, decidió optar por una resolución pacífica después de que un ladrón irrumpió este sábado en su negocio. En lugar de recurrir a la policía, el propietario compartió las imágenes con las secuelas del robo en su cuenta de Facebook y le ofreció al delincuente un puesto de trabajo.

Al enterarse del ataque, el empresario instó al criminal a que se ponga en contacto con él para solucionar el caso.

“Para el supuesto ladrón que claramente está luchando con las decisiones de la vida o tiene problemas de dinero, por favor, pasa por una solicitud de trabajo. Hay mejores oportunidades ahí fuera que este camino que has elegido. […] Sin policía, sin preguntas. Sentémonos y hablemos de cómo podríamos ayudarte y arreglar el camino que llevas”, escribió Wallace, agregando el número de su celular.

Desde entonces, la historia se hizo viral, llamando la atención de los internautas y los medios. Al recibir tantos comentarios, el dueño reiteró su compromiso de contratar al asaltante, argumentando que “el amor, la bondad y el perdón siempre serán una mejor solución que el odio”.

De momento, el ladrón no ha respondido a la oferta de Wallace. Sin embargo, el afectado espera que su propuesta se haga realidad, ya que el arresto del intruso no arreglaría su vida y este podría volver a cometer los mismos errores.




Ladrón entró a robar, se arrepintió, pagó cuenta y dejó propina:

No fue en China, ni Tailandia, ni Brasil o Estados Unidos, donde suelen ocurrir casos. El increíble y hasta anecdótico caso ocurrió en el barrio Villa Javier, en el sur de Bogotá.

Adriano Gómez, dueño del local Las Arepas del WhatsApp, contó cómo el robo del cual iba a ser víctima terminó en una charla con un final impensable y hasta insólito. El poder de su palabra terminó por doblegar a un joven de aproximadamente unos 24 años, a quien le dicen Lucho. 

De acuerdo con lo contado a EL TIEMPO por el propietario del local, que el pasado sábado cumplió apenas un mes de inaugurado en la zona, el jueves 18 de marzo, bien temprano, cuando se disponía a abrir el local con las dos personas que le colaboran en la atención, fue abordado por un joven, visiblemente alterado, que quizá bajo los efectos de alguna droga o sustancia psicoactiva, entró al lugar y con un arma en la mano ordenó que entregaran sus pertenencias, celulares y el dinero de la caja registradora.

Gómez, asustado y sorprendido por la escena, con las manos arriba, le indicó al ladrón que lo único que había disponible en ese momento eran unas arepas que estaban en el asador y que lo podía acompañar con un jugo de guanábana, en leche o en agua, que son la especialidad de la casa.

La persona a la que usted le está apuntando es una chica que lleva apenas un mes trabajando con nosotros y es madre de tres hijos, no le haga daño

Transcurrieron unos segundos de suspenso y el joven, que aún no bajaba el arma, le apuntaba con decisión a Génesis, quien estaba cerca de la caja registradora. En seguida, Adriano le insistió al joven que se calmara y le explicó al hombre armado que “la persona a la que usted le está apuntando es una chica que lleva apenas un mes trabajando con nosotros y es madre de tres hijos, no le haga daño".

Adriano relata que todos estaban muy nerviosos y el ladrón respondió de manera airada: “eso no es problema mío, deme lo que tenga". "Yo le volví a insistir que tenía las arepas listas para comer”, añadió.

Seguidamente, con astucia y mucha paciencia, sin dejar a un lado la angustia que se vivía en esos minutos, el dueño del local le dijo: “Viejo, no me robe. Más bien venga, se sienta y se toma un guanabanazo y se come una arepa de peto caliente con mucho queso, ¿cómo quiere el jugó, en agua o en leche?

“En leche", se escuchó en el lugar, en tono más tranquilo.

El dueño del local se dio cuenta en ese momento que ya parecía tener de su lado la  situación, respiró más tranquilo y les dio la orden a Génesis y Hámilton, sus colaboradores, que sirvieran un buen vaso de jugo y una arepa especial, con mucho queso.

Luego, el joven guardó el arma debajo de la camiseta que tenía puesta, se calmó y se sentó en una de las sillas.

El comerciante le siguió hablando al joven, que ya tenía otro semblante, y le preguntó que a qué se dedicaba. Ya con los primeros mordiscos en la arepa, Lucho indicó que su papá trabajaba en la venta de tejas y que él le ayudaba. Pero que estaban pasando por momentos económicos muy difíciles.

Adriano le dijo que ese era el mejor camino, trabajar, que por más complicado que estuviera el panorama, siempre habrá una salida.

Pese al susto, estoy muy agradecido con esa persona. Ese día, lo que vendo en un día, se logró en un par de horas. Le insistí que pensara en Dios, que él sabe cómo solucionar las cosas

“Pese al susto, estoy muy agradecido con esa persona. Ese día, lo que vendo en un día, se logró en un par de horas. Le insistí que pensara en Dios, que él sabe cómo solucionar las cosas”, explico con detalle el también dueño de un lugar con el mismo nombre, ya acreditado, con cuatro años de historia, ubicado en el norte de la ciudad.

Pero lo insólito del suceso es que al final, quien entró a robar al lugar, terminó pagando la cuenta de 5.500 pesos y de paso dejó la propina de 4.500 pesos, luego de cancelar con un billete de $10.000.

“Le dije que era invitación de la casa, pero insistió en pagarme, le fui a dar las vueltas y me dijo: “No mi viejo, la propina es para usted, lo llevo en la buena”, sentenció.

Gómez sostuvo que su reacción, con el diálogo, fue una forma de desarmarlo. "Soy un hombre a quien le gusta el diálogo y creo en las segundas oportunidades, en el arrepentimiento. Espero que el chico haya entendido el mensaje y ojalá le sirva esa experiencia para su futuro", concluyó el afortunado comerciante. 

Con información de Sin Embargo.