Endeudamiento, privatizaciones y masacres, algunos eventos que marcaron el sexenio de Zedillo

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Endeudamiento, privatizaciones y masacres, algunos eventos que marcaron el sexenio de Zedillo

Endeudamiento, privatizaciones y masacres, algunos eventos que marcaron el sexenio de ZedilloZMG /Martes, 30 de marzo del 2021



Durante su mandato, Zedillo siguió con las políticas privatizadoras de su antecesor, Carlos Salinas de Gortari y sumió al país en una deuda pública que no podrá saldarse sino hasta el año 2070.

rnesto Zedillo es otro de los mandatarios que será sometido a la consulta popular del próximo agosto para que los ciudadanos voten por un posible juicio en su contra.

Estos son algunos de los sucesos que marcaron su sexenio:

Entre 1996 y 1998, el Gobierno de Zedillo privatizó el sistema ferroviario mexicano, otorgando concesiones por entre 20 y 50 años al Grupo Ferroviario Mexicano (Ferromex), Grupo Acerero del Norte (Peñoles), Medios de Comunicación y Transporte de Tijuana, Grupo Triturados Basálticos (Tribasa) y Transportación Ferroviaria Mexicana (TFM).

Al concluir su gobierno, participó en en Consejo de Administración de Union Pacific, miembro de Grupo Ferroviario Mexicano y formado también por Grupo México e Ingenieros Civiles Asociados (ICA), a quien le entregó una concesión en 1997 para operar el Ferrocarril Pacífico Norte.

En total, las líneas concesionadas subieron 22 mil 130 kilómetros de vía, 84 por ciento de la red ferroviaria y 95 por ciento del sistema ferroviario nacional.

El personal empleado era de 15 mil 500 personas y se tenía un total de mil 220 locomotoras y 254 mil carros de carga, según el Instituto Mexicano del Transporte (IMT).

La privatización comenzó en 1995, tras aprobarse una reforma al artículo 28 constitucional que permitió la inversión privada en ferrocarriles.

En diciembre de 1996, Transportación Marítima Mexicana (aliada con la estadounidense Kansas City Southern Industries), ofreció al gobierno 1,400 millones de dólares por la concesión de 3 mil 960 mil kilómetros de vías, más de 3 mil locomotoras y cerca de 10 mil vagones.

Este tramo de vías transportaba el 40 por ciento de la carga y fue conectado con vías de Estados Unidos y Canadá.

En la actualidad, Ferromex y Ferrosur, de Grupo México, así como Kansas City Southern de México acaparan más del 90 por ciento de la participación en vías terrestres.

Además, Grupo México, de Germán Larrea, se define como la empresa de transporte ferroviario más grande, rentable y de mayor cobertura en nuestro país, ofreciendo servicios de carga general e intermodal por ferrocarril.

En noviembre de 1994, el entonces Presidente Carlos Salinas de Gortari, así como Ernesto Zedillo y Pedro Aspe, decidieron posponer la devaluación de la moneda mexicana.

Días después de haber tomado la Presidencia, en diciembre de ese año, Zedillo hizo el ajuste cambiaron en medio de un desplome de las reservas internacionales por un ataque especulativo, disparando aún más a la deuda que enfrentaba el país.

Se perdieron cerca de 1 millón y medio dude empleos, debido a la quiebra de empresas y dejando a los ciudadanos imposibilitados para seguir pagando sus créditos.

En enero de 1995, Zedillo anunció el logro de un respaldo financiero acordado con Bill Clinton, entonces mandatario estadounidense, además del préstamo otorgado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 20 mil millones de dólares.

Aún así quebraron bancos y miles de empresas, por lo que se requirió el rescate de Fobaproa y las pérdidas se socializaron.

Los pagarés del Fobaproa fueron convertidos, por órdenes de Zedillo, en deuda pública mediante una iniciativa de ley, donde se pidió al Congreso reconocer la deuda pública por 552 mil 300 millones de pesos.

Asimismo se privatizó la banca tras la estatización en el sexenio del Presidente José López Portillo, dejando en la banca a Bancomer, Banamex, HSBC y Banorte y dejando desaparecido al resto.

En 1998 BBVA adquirió a Bancomer, mientras que Citibank compró a Banamex y Santander; Serfin, por su parte, fue fusionado como Banco Mexicano.

El 22 de diciembre se registró la masacre de 45 indígenas tzotziles en Acteal, Chiapas. Hoy en día, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba) considera que continúa la impunidad sobre la identificación de los autores intelectuales, la cadena de mando y las violaciones graves a derechos humanos, por lo que el caso es abordado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)



Las cuentas pendientes de Zedillo:

Bien dicen que los presidentes una vez que concluyen su responsabilidad con la nación deben guardar silencio y no meterse en asuntos políticos. Esta práctica política aplica en todo el mundo, aunque siempre hay excepciones y en algunos países, como en México, en varias ocasiones se ha roto y eso ha provocado que los mandatarios en turno investiguen a su antecesor por los delitos que cometió con la impunidad que concede la Presidencia de la República.

Hay diversos ejemplos en el país, como en el sexenio de Ernesto Zedillo (1994-2000), cuando este presidente priísta entregó la Procuraduría General de la República al Partido Acción Nacional y el nombrado abogado de la nación Antonio Lozano Gracia encarceló al hermano del expresidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) por diversos delitos, lo que enemistó de por vida a los dos expresidentes que terminaron exiliados al final de sus mandatos.

Otros dos casos son los gobiernos panistas de Vicente Fox (2000-2006) y Felipe Calderón (2006-2012), en donde el primero ha intentado en diversos momentos opinar y hasta entrometerse en asuntos políticos, pero han bastado algunos mensajes del actual gobierno de Enrique Peña Nieto para tranquilizarlo, pues se conocen todas las corruptelas cometidas durante su mandato por la “familia presidencial”. A Fox también lo obligaron a bajarle a su interés de convertirse en el primer productor mariguanero del país.

En el segundo caso, Calderón ha tratado de volver una y otra vez, pero ante su sangriento sexenio que mantiene en jaque al gabinete peñista, pues es el principal responsable de la violencia que ahora enfrentamos los mexicanos, no le ha quedado más remedio que mantenerse en el exilio con sus amigos protectores gringos.

También recordamos aquella pandilla de amigos priístas que usurparon el poder y que durante 3 sexenios se mantuvieron en Los Pinos. Se trata de Luis Echeverría, José López Portillo y Miguel de la Madrid, cuando publicaron, entre otras frases: “Tú también, Luis”, que no era otra cosa más que responder al involucramiento de los exmandatarios en asuntos públicos.

En esa misma línea, la semana pasada el expresidente autoexiliado en Estados Unidos Ernesto Zedillo regresó al país (de donde huyó por el pavor que aún le tiene al expresidente Carlos Salinas de Gortari) para participar en un panel con otros exmandatarios suramericanos con motivo de una sesión del grupo financiero Banorte. Allí, Zedillo advirtió lo que ya sabemos 120 millones de mexicanos: México está muy mal en estado de derecho, y la corrupción muestra la debilidad de este principio y explicó: “Tenemos que hablar con toda sinceridad, porque estamos mal, muy mal”.

Y criticó al gobierno de Peña porque sus “estrategias que se han acordado internacionalmente son fallidas”, y la guerra contra las drogas ha fracasado.

Si el mandato de Zedillo hubiera sido un buen gobierno, digno de recordar, sin duda que el expresidente tendría una justificación moral para romper el silencio y hacer las críticas que ya conocemos todos los mexicanos, pero al encabezar una gestión que estuvo marcada por la impunidad, el abuso, la corrupción, el tráfico de influencias y la sumisión a las políticas marcadas por Estados Unidos, cómo quiere criticar el expresidente lo que él no supo resolver y además promovió.

Con información de Polemon.