Claudia, Xóchitl, 25 puntos, 8 meses

OPINIÓN

Claudia, Xóchitl, 25 puntos, 8 meses

Claudia, Xóchitl, 25 puntos, 8 mesesZMG /Miércoles, 11 de octubre del 2023




Mtro. Juan Luis H. González S.

 

Faltan ocho meses para la elección del 2 de junio, demasiado tiempo para Claudia Sheinbaum y un suspiro, apenas, para Xóchitl Gálvez. Es verdad que aún no entramos al periodo formal de campañas, pero ambas candidatas —la que representa al actual régimen y la de la oposición— operan bajo esa lógica desde hace rato, ante la mirada pasiva del INE.

 

Las más recientes encuestas cayeron como un balde de agua helada para el Frente Amplio y confirmaron lo que la mayoría de los analistas han evidenciado en las últimas semanas: Xóchitl Gálvez no levanta y sigue muy distante de la abanderada de Morena. Después de un arranque prometedor, la exjefa delegacional de Miguel Hidalgo se ha desmoronado semana a semana. 

 

Demoscopia Digital le da a Claudia un 46 por ciento de las preferencias frente a un 25 de Xóchitl. Enkoll le da 53 puntos porcentuales a la exjefa de gobierno de la Ciudad de México y 28 a Gálvez. Buendía & Márquez 50 contra 20 y Mitofsky 56 contra 32. El promedio de estos cuatro ejercicios nos arroja 51.25 por ciento para Claudia Sheinbaum y 26.25 por ciento para Xóchitl Gálvez. 25 puntos exactos.

 

Las cifras son contundentes y parecen, en este momento, irreversibles. Claro, faltan los meses álgidos y determinantes: las campañas constitucionales, el contraste, la guerra sucia, las propuestas, las acusaciones y los deslindes. Sin embargo, la desventaja de Xóchitl no sólo se da en el plano estadístico sino también en el simbólico y ahí será más complicado revertir las tendencias actuales. 

 

Xóchitl parece estar atrapada en un callejón sin salida. Por un lado, le urge hacer campaña y vestirse de significados y, por otro, debe mantener ocultos los sellos partidistas que la están postulando, en particular los del PRI y el PRD, que son y serán un lastre hasta el 2 de junio de 2024. El PRI es el partido que más animadversión le genera a las y los mexicanos. El PRD apenas existe, pero aun así resta.

 

En este escenario, ocho meses es muy poco tiempo para hacer propuestas de gobierno que representen una opción diferente a la 4T y que tengan sentido para las y los electores. Es poco tiempo para esclarecer los rasgos y matices de su personaje y para buscar el lugar que le corresponde en la contienda. El reto es grande, considerando que la propia candidata le ha abonado a la confusión que la envuelve. 

 

Era panista, pero dice que ya no. Detestaba al PRI, pero dice que ahora está jugando con priistas buenos. Xóchitl es proaborto, pero también dijo que respetaba las diferentes posturas sobre el tema. Xóchitl era marxista, pero se convirtió en empresaria y trabajó en el gobierno de Vicente Fox. Así, Xóchitl parece más una entelequia, una incógnita que tendrá que ser despejada en los meses por venir y durante el fervor de las campañas. Nada fácil. 

 

En contraste, Sheinbaum tiene algunas ventajas adicionales además de sus números en las encuestas. Las y los electores la identifican en el tablero electoral, con una causa y un proyecto de nación. No necesita explicar los motivos y razones que la tienen ahí, la gente sabe lo que significa votar por ella, tanto los que son proMorena como los que son antiMorena. Su cercanía con Andrés Manuel López Obrador y su gobierno en la Ciudad de México la definen. 

 

Así las cosas, mientras la candidata de la alianza PAN-PRI-PRD va a batallar para darse a conocer y explicarle a la gente los beneficios de su proyecto, la representante de la 4T tendrá tiempo de adaptar su discurso a las condiciones de la contienda, llevándolo al centro o moviéndolo al extremo, dependiendo si la elección se cierra o mantiene la diferencia actual. 25 puntos entre 8 meses es la operación que separa a una de estas dos mujeres de la silla presidencial. Hagan sus apuestas.