Escribe el periodista Salvador García Soto en El Universal sobre la muerte del comisionado del INAI Carlos Bonin Erales, quien murió el día de antier. Los primeros reportes de la muerte indicaron que el comisionado murió a causa de un paro cardíaco, sin que se precisara qué fue lo que ocurrió antes en las instalaciones del INAI y que causó la falla sistémica en el comisionado.
De acuerdo a lo que información Garcia Soto, el comisionado trató de suicidarse luego de una pelea con su esposa. De acuerdo al material grabado por las cámaras de seguridad del instituto, el comisionado llegó a las instalaciones, subió a la terraza que se encuentra en el quinto piso, prendió un cigarro, realizó una llamada telefónica y saltó al vacío.
Escribe García Soto: “Se peleó con la esposa, según la versión de los choferes de ambos. Llegó muy molesto a la oficina. Subió a la terraza. Prendió un cigarro, le llamó a su esposa y saltó”, dice una fuente de alto nivel del Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos que pidió el anonimato, pero que confirma que todo ocurrió poco después de las 8:30 de la mañana cuando las cámaras de seguridad registran el ingreso del comisionado Bonnin al edificio ubicado en avenida de los Insurgentes 3211. A esa hora había muy poco personal en el edificio y ninguno de los demás comisionados había llegado a laborar”.
Continúa García Soto: “La fuente narra que la esposa le llamó al chofer tras colgar con Bonnin y le pidió que subiera a la oficina a verlo porque “no se sentía bien”. Y a pesar de que el chofer subió para entonces el comisionado ya había saltado, aunque no murió inmediatamente producto de la caída y la propia esposa llegó a verlo todavía con vida al Inai. “Llegó la ambulancia y salió vivo de la oficina. En el hospital le diagnosticaron un paro cardiaco y esa fue la causa oficial de la muerte”, añade.
Finaliza el periodista: “El problema fue que la ambulancia tardó más de 45 minutos en llegar al lugar a atender al comisionado Bonnin que estaba inmovilizado en el suelo donde cayó, a pesar de que personal del Inai llamó por lo menos a cinco hospitales cercanos para pedir auxilio y hasta mandaron a motociclistas al Hospital del Instituto Nacional de Pediatría que está justo enfrente del edificio donde ocurrieron los hechos. La ayuda se tardó 3 cuartos de hora en llegar y a pesar de que trataron de reanimarlo con un equipo interno del Inai y de que llegaron primero su esposa y un hermano de Bonnin, que es médico, cuando la ambulancia lo levantó para llevarlo al Hospital Ángeles del Pedregal, el funcionario sufrió un segundo infarto en el camino y llegó ya casi agonizante al hospital privado”.
Así las cosas, el INAI, institución garante de que la información pública llegue a los mexicanos, se convirtió en una caja oscura para ocultar lo que verdaderamente sucedió en sus instalaciones con el comisionado Bonin aquella tarde.