ASÍ ES LA TRIBU.
Los pobladores de la paradisíaca isla de Sentinel del Norte (o Centinela del Norte), en el océano Índico, son una de las últimas tribus que viven totalmente aisladas del resto del mundo. Conocidos por su actitud hostil, estos aborígenes se encuentran actualmente en el foco de atención tras el asesinato del misionero estadounidense John Chau, que murió a flechazos después de acercarse a esta isla, cuya visita es ilegal, con la intención de cristianizarla.
Los sentineleses (también llamados centinelas) han habitado esta isla durante aproximadamente los últimos 55.000 años, y su escaso contacto con el resto de civilizaciones ha permitido que mantuviesen intacta su forma de vida. Este aislamiento queda patente en sus rasgos, marcadamente africanos, que se diferencian del resto de los habitantes del sudeste asiático. Además, su forma de vida es muy similar a la de la Prehistoria, ya que su población es cazadora-recolectora.
La isla de Sentinel del Norte —que ocupa una superficie similar a la de Manhattan— forma parte del archipiélago Andamán y Nicobar, situadas a unos 1.000 kilómetros del subcontinente indio. Según recoge la BBC, se calcula que solo quedan entre 50 y 150 personas de esta tribu. En total, la Comisión Nacional para las Tribus (NCST) asciende la cifra de pobladores de las islas Andamán a 28.077 individuos, entre sentineleses, jarawas, andamaneses, los onge y shompen.
Aunque la mayoría de andamaneses reside en asentamientos habilitados por el Gobierno indio, del que dependen para obtener comida y refugio, todavía quedan tribus —como los sentineleses o los jarawas— que viven aisladas y basan su subsistencia en la recolección y la caza.
En este caso, los sentineleses son uno de los pueblos más primitivos y en mayor peligro de extinción de la Tierra, conocidos por emplear el arco y las flechas para cazar y para defenderse, como ha quedado demostrado en los infructuosos intentos de acercarse a ese lugar prohibido.
Según el relato que el misionero estadounidense plasmó en una carta en una carta antes de morir, los aborígenes habían tratado de matarlo al dispararle "con una flecha"directamente a la Biblia que sostenía en el pecho.
Lo poco que se conoce de esta cultura se ha ido recabando de observaciones realizadas desde barcos, incluso se desconoce cómo se llaman entre ellos. Según la ONG Survival International , el modo de vida de esta tribu se ha visto modificado con pequeñas alteraciones a lo largo de su historia. Por ejemplo, utilizan el metal recuperado de barcos hundidos próximos a la isla para utilizarlo para las puntas de flechas.
A lo largo de los años 70 y 80, las autoridades indias trataron de establecer comunicación con los habitantes de Sentinel del Norte y estrechar lazos de amistad llevándoles regalos como cocos, plátanos o trozos de hierro. Entre 1991 y 1996 tuvieron lugar contactos amistosos con sus habitantes, pero esta relación terminó cuando los sentineleses retomaron su conducta hostil de atacar con sus flechas a las embarcaciones que se acercaban a las playas de la isla.
Aunque sus habitantes presentan un aspecto fuerte y saludable, su aislamiento les ha vuelto muy vulnerables a las enfermedadesforáneas frente a las que no son inmunes, destaca la ONG. De hecho, se desconoce si esa hostilidad pudo ser fruto de una serie de enfermedades contagiadas a la tribu durante esas visitas.
En 2004, el Gobierno de la India se interesó por sus habitantes tras el devastador tsunami que arrasó las costas de Indonesia, Sri Lanka, India o Tailandia para comprobar, desde la distancia, si habían logrado sobrevivir al desastre. Esa fue la última vez que se acercaron a los sentineleses, señala Survival International.
No obstante, concluye esta ONG, periódicamente se llevan a cabo controles, realizados desde barcos, para comprobar el estado de esta tribu y que no hayan decidido establecer contacto.
ASÍ ES LA ISLA.
La isla Sentinel del Norte es una pequeña isla perteneciente al archipiélago de las islas Andamán, en el océano Índico, administrada oficialmente por el gobierno de India.
Situada al este del golfo de Bengala, está a pocas millas del Gran Andamán. Sin embargo, la exploración actual de la isla no es posible debido a la hostil actitud y a la poca apertura de la población local hacia toda clase de visitantes y extranjeros.
En esta isla se encuentran los sentineleses, una de las últimas tribus que sobreviven prácticamente sin tener ninguna influencia de la civilización moderna. Hay varios motivos para ello: la isla no tiene interés estratégico, no tiene ningún recurso interesante, está en medio de la nada y la barrera natural de arrecifes de coral que la rodea hace muy difícil la navegación. Pero esta tribu se mantiene aislada sobre todo porque sus habitantes rechazan el contacto constantemente de forma violenta: con flechas, piedras e insultos.
De hecho, las autoridades indias han reconocido el deseo de los isleños de quedarse solos y han restringido su papel al control remoto, incluso permitiéndoles asesinar ciudadanos indios sin enjuiciamiento.
Se desconoce cuánto tiempo ha permanecido la isla aislada del resto del mundo, pero hay razones para pensar que son muchos miles de años, ya que sus habitantes tienen un mayor parecido con los africanos que con los habitantes del sudeste asiático. Además, las veces que los exploradores británicos han tratado de establecer contacto usando miembros de tribus cercanas, estas no entendían su idioma.
El primer contacto pacífico con la tribu se dio en 1991, cuando el 4 de enero el antropólogo indio Triloknath Pandit logró intercambiar ciertos regalos, principalmente fruta, con los sentineleses. Desde entonces y hasta 1997 hubo varios contactos más.
Sin embargo, el 26 de diciembre de 2004 un tsunami azotó el océano Índico causando 280.000 víctimas a lo largo de la costa del golfo de Bengala. En pleno caos, el gobierno indio no recordó enviar ayuda a la isla hasta tres días después del desastre y fue entonces cuando comprobaron que los sentileses no querían tener más contacto con ellos.
El 26 de enero de 2006 dos pescadores indios, Sunder Raj, de 48 años, y Pandit Tiwari, de 52, se acercaron excesivamente a la isla cuando trataban de pescar cangrejos y murieron a manos de los sentileses. Desde ese momento, el gobierno local de las islas Andamán y Nicobar decidió prohibir todo viaje a la isla e impuso una zona de exclusión de 3 millas se alrededor de la isla.
Recientemente el gobierno también ha declarado que no tiene ninguna intención de interferir con el estilo de vida o el hábitat de los sentineleses y que no tomarán medidascontra los isleños si matan a quien se acerque más allá de esos límites.
Se desconoce el número de indígenas que viven en la isla pero se estima que son entre 50 y 400.