En la Tierra hay especies peligrosas de las que no se tiene un registro detallado sobre los problemas que pueden ocasionar si un humano se les acerca, o peor aún, las consume. Un ejemplo de la segunda acción se presentó con un joven que perdió la vida tras quedar tetrapléjico al consumir una babosa.
Todo comenzó cuando Sam Ballard se hizo de valor al consumir una babosa cuando se encontraba con sus amigos, lo cual le generó graves problemas en el cuerpo, perdiendo la movilidad de sus extremidades.
La Policía de Australia dio a conocer que Sam Ballard decidió tragarse en 2010 una babosa durante la fiesta con motivo de su cumpleaños número diecinueve.
A pesar de que al comienzo no se presentaron síntomas, los días siguientes se volvieron un infierno para Sam Ballard, ya que empezó a sentir intenso dolor en las piernas y al ir con el doctor le diagnosticaron una fuerte infección en el cerebro.
Los especialistas señalaron que la afectación llegó hasta el cerebro de Sam Ballard debido a que un parásito denominado Angiostrongylus Cantonensis estaba alojado en su interior, dicho microorganismo se encuentra comúnmente en las babosas que se alimentan del excremento de roedores.
El Angiostrongylus Cantonensis ocasionó una enfermedad llamada meningoencefalitis eosinofílica, por lo que Sam Ballard presentó dolor de cabeza agudo, náuseas, vómitos, convulsiones y otros trastornos.
Los médicos se dieron cuenta de que la enfermedad dejaría en coma a Sam Ballard, sin olvidar que al despertar perdería la movilidad de sus extremidades.
Lo terrible del asunto es que luego de años de sufrimiento, Sam Ballard perdió la lucha este fin de semana, rodeado de su familia y amigos.
Katie Ballard, mamá del joven, externó que lo más complicado de ver fue la dificultad que el muchacho tenía para llevar una vida normal.
La madre de la víctima aseguró que su hijo no podía consumir alimentos por sí solo y todo el tiempo necesitaba ayuda, por lo que solamente lo vio sufriendo.
Durante el funeral, los amigos y familiares brindaron sus condolencias a la madre de Sam Ballard.
Fotografía: Twitter
Con información de Clarín, El Comercio Digital y Excélsior