Isabel Noyola en diciembre de 2006 recibió un crédito del Infonavit por 273 mil pesos y aunque en la subcuenta de vivienda del organismo tenía un ahorro por la misma cantidad, el organismo sólo aplicó 53 mil pesos y el resto “desapareció”, sin embrago, durante 11 años realizó pagos, pero actualmente debe 291 mil pesos, casi 20 mil pesos más que el crédito original.
“Nunca debí solicitarlo. Si hubiera pagado 3 mil pesos mensuales de renta durante 11 años el pago total sumaría 396 mil pesos, la mitad de lo que invertí para tener mi casa. No debería ser una cifra mayor al crédito que recibí y al momento que me jubilé; en lugar de no darme un centavo, el Infonavit me hubiera entregado por lo menos 300 mil pesos de la subcuenta de vivienda para comprar una vivienda al contado”, lamenta.
Isabel, como empleada del IMSS, solicitó un crédito por 273 mil pesos con el que adquirió su casa de una planta en un terreno en el fraccionamiento Del Prado, en Juárez, Nuevo León.
Al jubilarse en 2014 comenzó a aportar menos a su crédito, porque sus ingresos disminuyeron; sin embargo, dos años después se combinaron problemas de salud con la pérdida de su único hijo, por lo que dejó de pagar al Infonavit y el adeudo con el organismo se disparó.
“Yo no había puesto atención a mis escrituras hasta que mi vecina Sanjuanita [Reyes Guzmán] cayó en problemas de mora y le pedí a mi primo y abogado Jaime Noyola que revisara mi situación”, relata Isabel.
Se percató que al firmar el contrato contaba con un ahorro de 273 mil pesos en la subcuenta de vivienda del Infonavit, pero el organismo sólo usó 53 mil pesos y prácticamente “desapareció” 220 mil pesos.
“Me hubiera convenido más no haber adquirido el crédito que ya pagué tres veces. Con la tercera parte pude rentar una vivienda, ahorrar las otras dos partes en un banco y que al momento de jubilarme me dieran los recursos del Infonavit para comprar una casita, sin arrastrar una deuda que resulta impagable.
“No me niego a pagar, no quiero perder mi casa que será para mis nietos, pero que sea lo justo. No me han demandado, pero todos los días recibo llamadas; quieren que firme un convenio de pago; no estoy de acuerdo; con lo que les di ya me salen debiendo”, estima.
El defensor de Noyola detalló que lleva alrededor de 100 casos, donde el común denominador son los contratos leoninos que obligan a los derechohabientes a pagar tasas por arriba del Costo Anual Total (CAT) de entre 10.5% y hasta 11%, mientras Banco Santander, que tenía las tasas más altas, estaba a 9.5%.
El abogado afirma que el Infonavit perdió su espíritu social. “En los últimos años se manejó con dispendio; las personas que tomaron algún crédito han sido víctimas de contratos leoninos que los obligan a pagar minicasitas a costos muy por encima de su valor y al caer en moratoria ocurren los despojos y el malbaratamiento de los bienes”, concluyó el defensor Noyola.
Con información de El Universal.