¿A qué le teme Enrique Peña Nieto? Los asesores y jurídicos a su disposición no son tontos, saben que el aún presidente se encontrará sumamente vulnerable a a partir del preciso momento en que entregue la banda presidencial a Andrés Manuel López Obrador.
Es sumamente revelador que Peña Nieto, EPN, se ampare para no ser “detenido”, “aprehendido” ni “arraigado” por alguna autoridad. De ese tamaño es el miedo.
Curiosamente, no por el actuar en su contra del ahora presidente electo, si no porque en el camino EPN ha dejado muchos “muertitos” y muchos enemigos.
Uno de ellos es Javier Corral, quien tiene dominio absoluto de Chihuahua y quien pudiera proceder sin problema alguno y con absoluta autonomía en contra de Peña Nieto y algunos de sus más cercanos colaboradores.
Peña Nieto podría ser aprehendido o arraigado por la procuraduria chihuahuense sin problema. Es más, a penas saliendo de San Lazaro podrían apersonarse agentes chihuahuenses para detenerlo.
Por ello la preocupación y urgencia del presidente por conseguir un amparo de la SCJN para evitar el escándalo.
La periodista Elisa Alanís transcribe el día de hoy en El Universal un fragmento sumamente revelador del documento que promueve EPN en la SCJN:
“Lo presentado por la Presidencia de la República en contra de ellos impugna: las investigaciones, averiguaciones, carpetas de investigación, solicitudes de información, órdenes de investigación… así como órdenes de detención, de aprehensión y las solicitudes de arraigo existentes o inminentes respecto de actuales o anteriores funcionarios públicos federales, que se relacionen directa o indirectamente con el ejercicio de sus funciones”.
Queda claro que Enrique Peña Nieto tiene miedo y con sobrada razón. Lo que viene para él es un martirio porque todos aquellos a los que aplastó hoy día están fortalecidos y buscan, sin lugar a dudas, revancha.