El escándalo de los llamados “trailers de la muerte” ha destapado una serie de inconsistencias, irregularidades y omisiones que tuvieron lugar en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, IJCF, durante la gestión de Luis Octavio Cotero Bernal.
De acuerdo a la legislación vigente, el Instituto es un órgano autónomo del Gobierno del Estado de Jalisco y por lo tanto se rige de manera independiente en su gestión, administración financiera y responsabilidades. Su exdirector, luego de que fue removido de su puesto, emitió una serie de declaraciones que generaron gran controversia, relacionadas con la forma en que se trató a decenas de cuerpos de personas fallecidas y no reclamadas en el periodo que él fungió como titular.
El ex director del IJCF mintió al asegurar que a 440 cuerpos se les había aplicado los protocolos de identificación previstos por la legislación vigente, sin embargo, una investigación interna evidenció que solamente 60 de los 440 cuerpos habían sido procesados de acuerdo a los procedimientos de ley. Cabe señalar que la responsabilidad de llevar a cabo este proceso de reconocimiento y levantamiento de datos es exclusiva del IJCF.
Por otra parte, al analizar la situación del Instituto, después de la salida de Cotero Bernal, se evidenció que muchos de los puestos y cargos de confianza estaban ocupados por funcionarios que no cumplían con el perfil requerido para el cargo, muchos de ellos, de carácter técnico especializado. Además, valiéndose de la autonomía del organismo, autorizó y promovió aumentos salariales y promociones laborales a algunos funcionarios de confianza, particularmente aquellos que tenían cercanía o amistad con él.